La mayoría gubernamental, constituida por Syriza y Griegos Independientes (ANEL), se mantuvo unida y consiguió aprobar las propuestas del Ejecutivo por 153 votos a favor, frente a los 143 que votaron en contra. El nuevo paquete legislativo se compone de las reformas de las pensiones, de los impuestos directos y de los indirectos, las cuales permitirán economizar 5.400 millones de euros anuales y conseguir en 2018 un superávit primario del 3,5 % del producto interior bruto, tal y como lo prevé el programa del tercer rescate firmado en verano.
"Nos comprometimos a reformar el sistema de pensiones sin reducir las pensiones principales y lo conseguimos. El sistema necesitaba una reforma porque es complejo, socialmente injusto y clientelista. Y no corresponde al estado financiero del país", aseguró Tsipras ante el pleno de la Cámara.
El primer ministro resaltó que el sistema a partir de hoy será "sostenible sin recortar las pensiones principales", y prometió que "para más de dos millones de jubilados no habrá ni un solo euro de recorte en la pensión".
El líder del gobernante Syriza se defendió de las acusaciones del principal partido de la oposición, Nueva Democracia, que dirigió el país en 2012-2015, resaltando que los que ahora les acusan de imponer un "tsunami de impuestos" aprobaron "impuestos y recortes por valor de 63.000 millones euros entre 2010 y 2013. Solo en 2014 impusieron recortes por valor de 10.000 millones".
El Ejecutivo heleno asegura que tener este paquete de reformas aprobado antes del Eurogrupo del lunes ayudará a concluir la primera revisión del rescate y a acceder a los fondos del mismo de cara a los importantes pagos de deuda a los que el país hará frente en julio.
El primer ministro griego expresó además su confianza en que "tras seis años de convenir medidas de austeridad", el Eurogrupo del lunes incluirá en su agenda "una reducción de la deuda griega". La votación se llevó a cabo tras tres jornadas de movilización sindical, que sumaron la huelga general de 48 horas mantenida por los principales sindicatos helenos el viernes y el sábado y las manifestaciones del domingo en diversos puntos del centro de Atenas y frente al Parlamento.
La más numerosa fue la convocada por el sindicato del sector público (ADEDY) ante el Parlamento al comienzo de la sesión parlamentaria de hoy que concluyó con la votación, y a la que acudieron alrededor de 10.000 personas. Aunque ésta se desarrolló en su mayor parte sin incidentes, un grupo de manifestantes lanzó cócteles molotov, piedras y bengalas a los agentes antidisturbios, que respondieron con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Entonces se generaron momentos de confusión y enfrentamientos con la policía griega y grupos violentos, en los que los agentes detuvieron a cinco personas. Los disturbios continuaron durante unas horas en el barrio de Exarjia, en el centro de la capital. En la mañana del domingo el sindicato PAME -vinculado al Partido Comunista (KKE)- organizó también una concentración a la que asistieron 7.000 personas según la policía, mientras el principal sindicato del sector privado (GSEE) conseguía reunir a 1.500.
Además durante el domingo se produjeron paros parciales en el transporte público de la capital. ADEDY y GSEE convocaron el jueves una huelga de 48 horas el viernes y sábado que tuvo un seguimiento irregular, con paro total en el transporte público e impacto mínimo en los comercios, a la que se sumaron también otros sectores como el de los periodistas y los agricultores, en protesta por la votación de las reformas.