El Parlamento de Grecia aprobó este jueves una reforma laboral que permite a las empresas del sector privado ampliar la jornada laboral hasta un máximo de 13 horas diarias. La iniciativa fue respaldada únicamente por los diputados del partido conservador Nueva Democracia, que cuenta con mayoría absoluta bajo el liderazgo del primer ministro Kyriakos Mitsotakis. Toda la oposición votó en contra, mientras que el partido de izquierdas Syriza se retiró de la votación para "no legalizar con su voto" lo que calificó de "ley monstruosa".
El Gobierno defiende que la medida es opcional, limitada al sector privado y que solo puede aplicarse un máximo de 37 días al año. Durante el debate previo a la votación, la ministra de Trabajo, Niki Kerameos, aseguró que la reforma es "positiva y progresista" y que ayudará a crear empleo, al tiempo que aumentará la protección de los trabajadores. Señaló:
Debemos facilitar el desarrollo empresarial porque sin empresas no se crean puestos de trabajo y sin empresas este país nunca vivirá desarrollo
Kerameos destacó que, además de la ampliación de la jornada, la legislación contempla mejoras en ayudas por maternidad y la ampliación de beneficiarios de ciertos subsidios. Según el Ejecutivo, el límite máximo semanal de trabajo se mantiene en 48 horas, con un máximo de 150 horas extra al año, y que las horas trabajadas hasta 13 diarias contarán con una bonificación del 40 % por hora extra. La ministra subrayó que está prohibido que el empleador obligue, despida o discrimine a quien decida no aceptar las horas adicionales.
La oposición dice que sería "retroceder al siglo XIX"
Por su parte, el principal partido de oposición, el socialdemócrata Pasok, criticó duramente la reforma, acusando al Gobierno de "retroceder al siglo XIX" en derechos laborales. "Se está promoviendo un mercado sin derecho laboral, en una supuesta 'normalidad' donde el Estado de bienestar está en constante deconstrucción", afirmó Yorgos Mulkiotis durante el debate parlamentario.
Los sindicatos cuestionan la opción de que la jornada extendida sea voluntaria, argumentando que los trabajadores griegos carecen de poder de negociación y pueden ser despedidos con facilidad. Recientemente, los días 1 y 14 de octubre, dos huelgas generales paralizaron el país en protesta por esta medida, convocadas por ADEDY y GSEE, los principales sindicatos del sector público y privado.
El motivo de esta decisión
La decisión del Gobierno se justifica por la escasez de personal en sectores como los servicios y la hostelería, especialmente durante la temporada turística. Desde julio de 2024, Grecia ha incrementado la flexibilidad del mercado laboral, permitiendo que trabajadores de la industria, el comercio minorista, la agricultura y algunos servicios trabajen seis días a la semana si su empleador lo solicita, recibiendo una bonificación del 40 % por el sexto día.
Según Eurostat, los trabajadores griegos registran más de 1.886 horas trabajadas al año, muy por encima de la media europea, aunque con menor productividad y solo superando a Bulgaria en poder adquisitivo dentro de la Unión Europea.

