La batalla legal entre el informático australiano Julian Assange y la administración estadounidense está en estos momentos en manos de los jueces británicos Victoria Sharp y Adam Johnson: el futuro del fundador de Wikileaks depende en gran medida de la decisión que tomen estos letrados de la Corte Superior de Londres, que determinará si Assange debe ser extraditado a Estados Unidos o si, por lo contrario, se aceptan los recursos interpuestos por la defensa del informático.
¿A qué cargos enfrenta Julian Assange?
Estados Unidos acusa a Assange de 18 delitos de espionaje e intrusión informática, que podrían suponer una condena de hasta 174 años de prisión para el informático, tal y como afirma la ONG Amnistía Internacional. Entre 2010 y 2011, el informático nacido en Townsville (Australia) filtró en su página Wikileaks una serie de vídeos que mostraban supuestos crímenes de guerra y abusos perpetrados por las fuerzas estadounidenses en Afganistán e Irak.
En el año 2010, la fiscalía sueca ordenó el arresto y la extradición de Assange, que enfrentaba los cargos de violación y acoso sexual en el país nórdico: el informático solicitó en 2012 asilo en la Embajada de Ecuador en Londres, donde Assange estuvo viviendo hasta el pasado año 2019. La administración de Lenin Moreno retiró entonces el asilo al fundador de Wikileaks, que fue posteriormente detenido por las autoridades británicas.
En junio de 2022, la secretaria de Interior británica, Pitri Patel, aprobó la extradición de Assange a Estados Unidos, que fue recurrida por la defensa del informático: 2 años después, la justicia inglesa deberá decidir entre aceptar este recurso o entregar al informático a las autoridades de Washington.
La defensa considera a Assange un preso político
Los abogados Edward Fitzgerald y Mark Summers, que constituyen la defensa de Assange, han tenido dos días para presentar sus argumentos ante los magistrados: los abogados sostienen que los cargos que afronta Assange responden a motivaciones políticas, y apoyan su argumento en la existencia de una supuesta trama del gobierno estadounidense y la CIA para asesinar a Assange mientras gozaba de la situación de asilo en la embajada ecuatoriana.
Tal y como apunta EFE, los abogados aseguran que estas acusaciones vulneran el derecho a la libertad de expresión, y que la extradición de Assange podría conllevar la pena de muerte del activista, legal en Estados Unidos. La defensa del fundado de Wikileaks sostiene también que el informático no tendrá un juicio justo en tierras americanas, puesto que será juzgado - sostienen los abogados- por figuras asociadas con el gobierno de Washington.
Summers y Fitzgerald han hecho referencia también a un anuncio emitido por la Fiscalía estadounidense, que afirmó que Assange, al ser australiano, no contará con las mismas protecciones constitucionales de las que gozan los ciudadanos del país norteamericano. La defensa ha anunciado que, en caso de que se autorice la extradición, recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El propio Julian Assange se ha ausentado de la sesión, al encontrarse indispuesto por enfermedad.
Los argumentos de Estados Unidos
Clair Dobbin, representando a Estados Unidos, justifica la extradición acusando a Assange de haber incurrido en "delitos penales basados en pruebas", que vulnerarían la Ley americana de espionaje aprobada en el año 2017. Dobbin considera injusto equiparar a Assange con "un periodista o escritor ordinarios", y señala que el informático buscó reclutar a piratas informáticos con el objetivo de obtener información para su portal WikiLeaks.
El representante estadounidense, además, señala a Assange por haber ideado una presunta conspiración junto al exsoldado Bradley Manning para obtener de forma ilícita información militar clasificada, que habría puesto en peligro "a numerosos informantes inocentes de Estados Unidos" en territorios como China, Irán, Siria, Afganistán o Irak.
Manifestación por la liberación de Assange
Tras cerrar la sesión de dos días en las que ambas partes han defendido sus posturas, la Corte Superior de la capital inglesa no ha especificado la fecha en la que hará público su fallo: Stella Assange, esposa del detenido, y John Shipton, su padre, han participado en una manifestación con batucada que ha arrancado en el Tribunal Superior de Justicia y que ha avanzado hasta 'Downing Street', al ritmo de cánticos como "Free, Free Julian Assange". Asociaciones como Amnistía Internacional y Reporteros sin Fronteras han apoyado esta marcha, que se ha detenido frente a la residencia del Primer Ministro Rishi Shunak.
Stella Assange ha declarado que la vida de su marido correrá peligro si es extraditado, y ha comparado la situación del fundador de WikiLeaks con la del opositor ruso Alexéi Navalni: "Si es extraditado, morirá a manos del país que planeó asesinarlo", ha declarado la mujer del detenido durante el acto de protesta.