"Aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que cuando el papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia", dijo el papa en su discurso en el segundo día de visita a este país.
Y afirmó "con pesar", que "se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios".
Francisco recordó que ya lo reconocieron tanto sus antecesores como la Conferencia Episcopal de América Latina y citó las palabras de Juan Pablo II, quien "pido que la Iglesia se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos".
"Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América", exclamó.
Pero por otra parte, "para ser justos", agregó, también pidió que que se acuerden de los obispos, sacerdotes y laicos "que se ofrecieron a la lógica de la espada con la lógica de la cruz".
"Hubo pecados y abundantes, por eso pido perdón, pero donde hubo pecado sobreabundó la gracia", señaló y añadió que estos religiosos "predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz".
"A su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio", agregó.
No es la primera vez, como dijo Francisco, que un papa pide perdón por el periodo colonial, pero las declaraciones del papa argentino fueron hoy de extraordinaria contundencia.
En 1999, San Juan Pablo II en Santo Domingo el 13 de octubre de 1992, pidió perdón a las poblaciones americanas por la injusticias cometidas contra sus antepasados.
Y Benedicto XVI tras su viaje a Brasil en 2007, donde fue duramente criticado en Latinoamérica por no mencionar el periodo de la colonización, aprovechó una audiencia para señalar que "no se puede ignorar las sombras que acompañaron la evangelización del continente latinoamericano" y el "sufrimiento y las injusticias infligidos por los colonizadores a las poblaciones indígenas".
En otro pasaje del discurso, Francisco defendió la labor de la Iglesia porque son "una parte de la identidad de los pueblos en latinoamericana".
"Identidad que tanto aquí como en otros países algunos poderes se empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe desafía la tiranía del ídolo dinero", denunció.
Al respecto citó "con espanto" lo que está ocurriendo en Medio Oriente y otros lugares del mundo, donde "se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús".
"Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que vivimos, hay una especie de genocidio en marcha que debe cesar", señaló.
Estas palabras las pronuncio en el centro Expo Feria, donde presidió el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, organizado por el abogado argentino Juan Graboi en colaboración con el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz y la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales y que sigue a la primera reunión que se produjo el 28 de octubre 2014 en el Vaticano.