La Presidencia de Austria es un institución más simbólica que política, pero las últimas elecciones han puesto sobre la mesa un nuevo escenario político. El canciller Werner Faymann dimitió del cargo tras los malos resultados de los socialdemócratas en primera vuelta.
El ultraderechista Norbert Hofer, del Partido de la Libertad, y el independiente Alexander van der Bellen aspiraban a un puesto que finalmente se ha llevado este último, en un ajustado recuento que ha estado en el aire hasta la lectura del voto por correo, unas 700.000 papeletas.
Hofer proclamó el domingo su victoria ante sus simpatizantes, después de unas proyecciones que parecían concederle cierta ventaja sobre su rival. Sin embargo, los analistas ya advertían de que el voto exterior favorecería al ecologista, habida cuenta de la preocupación que ha cundido en otros países por el auge de la ultraderecha en Austria.