Un conflicto que supera los 500 muertos

Daesh utiliza a menores como soldados en el conflicto del sur de Filipinas

Niños y adolescentes componen parte de las fuerzas rebeldes afiliadas al Daesh que luchan contra las tropas gubernamentales en Marawi, en el sur de Filipinas, en un conflicto que ya supera los 500 muertos, según ha informado el Ejército.

ondacero.es

Madrid |

Un grupo yihadista asalta un colegio en el sur de Filipinas | Reuters

"Tenemos fotos, documentos y otras pruebas que indican la presencia de niños entre los rebeldes", declaró a Efe el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla, cuando se cumplen siete semanas de combates en esta ciudad en el noroeste de la isla de Mindanao.

Los testimonios de soldados del Ejército y residentes que lograron escapar, aseguró Padilla, también dan fe del reclutamiento de niños por los insurgentes bajo el liderazgo del grupo Maute, una organización terrorista local afín al EI.

Las Fuerzas Armadas capturaron hace días a un yihadista adolescente y éste ofreció detalles sobre cómo Maute y sus seguidores usan a menores de 15 años como milicianos en las refriegas que tienen lugar a diario.

El Ejército, apuntó el portavoz, "hace todo lo posible para evitar que mueran menores", aunque reconoció que en muchas ocasiones los soldados "poco pueden hacer" ya que todos los insurgentes están fuertemente armados.

Las Fuerzas Armadas creen que, además de reclutar forzosamente a menores, los yihadistas obligan a combatir a los civiles atrapados en su territorio.

El Ejército trata de reducir con bombardeos, ataques aéreos y operaciones sobre el terreno a alrededor de un centenar de islamistas que todavía controlan cuatro barrios de la ciudad.

El conflicto acumula ya las muertes de 379 yihadistas, 89 soldados y 39 civiles, según los últimos datos ofrecidos el lunes, mientras 1.723 civiles han sido rescatados y la violencia ha desplazado a más de 260.000 personas de Marawi y sus alrededores.

La crisis comenzó el 23 de mayo, cuando cientos de combatientes del grupo Maute, apoyados por yihadistas locales y extranjeros, se levantaron en armas en la ciudad portando banderas del EI y destruyendo instalaciones a su paso.

Ese mismo día, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, declaró la ley marcial en todo Mindanao, donde viven unos 20 millones de personas.