Esta semana hemos visto cómo se ha desatado una ola de protestas en el mundo árabe y musulmán. Miles de personas han salido a las calles de países como Jordania, Líbano, Marruecos o Turquía para protestar contra el bombardeo de un hospital en Gaza, todavía sin saber a ciencia cierta quién lanzó ese proyectil que impactó en el aparcamiento de ese hospital.
Todo hace pensar que esta nueva crisis entre Israel y Hamás puede llevarse por delante todo el trabajo diplomático de estos últimos años para normalizar las relaciones de Israel con otros países árabes.
El conflicto explicado en menos de tres minutos
Tras la segunda Guerra Mundial cobra fuerza el viejo principio sionista, según el cual la única solución para la supervivencia del pueblo judío era crear un estado judío en Palestina, entonces protectprado británico.
En 1947, la ONU acuerda partir ese territorio en dos estados, uno judío, otro árabe-palestino y Jerusalén como enclave internacional, pero los vecinos árabes intentan impedirlo desde el principio: Jordania invade Cisjordania y Egipto la franja de Gaza; Israel se convierte en una amenaza a eliminar.
Egipto lanzó en 1967 la guerra de "los seis días" que acaba involucrando a Jordania y Siria. Contra todos ellos, y en tiempo récord, gana Israel, y aunque no era su objetivo, reconfigura los equilibrios de la región, ya que recuperó Cisjordania y la franja, arrebató los altos del Golán a Siria y la península del Sinaí a Egipto y proclama como suya toda la ciudad vieja de Jerusalén con sus sitios sagrados.
En adelante, los países árabes se preocuparon menos por la causa palestina y más por recuperar terreno perdido, y en los años siguientes se han sucecido más guerras.