HAY CONSENSO ENTRE LOS 28 PARA invertir en una relación fuerte entre la UE y Estados Unidos

La UE confía en mantener relación "muy fuerte" con Trump y reforzar "acciones europeas de forma independiente"

Italia plantea "un Schengen de defensa" con "al menos un núcleo duro" de países de la Unión

ondacero.es

Madrid | 14.11.2016 10:13

La responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini
La responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini | Archivo

Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintiocho han confiado en tener "una relación muy fuerte con la próxima Administración" estadounidense del presidente electo, Donald Trump, pero también se han mostrado de acuerdo en la necesidad de "reforzar las políticas y acciones europeas de forma independiente" en base a sus "intereses" y "posiciones".

"Hay unidad entre todos los 28 sobre la necesidad de seguir trabajando en la fortaleza de la relación trasatlántica", ha explicado la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, en declaraciones a la prensa al término de la cena informal convocada este domingo para intercambiar impresiones sobre el posible impacto un las relaciones con Estados Unidos del cambio de inquilino de la Casa Blanca.

Los Veintiocho confía en tener "una relación muy fuerte con la próxima administración" estadounidense dado que Estados Unidos es "un socio clave, indispensable". "Hemos decidido, juntos, implicarnos con la Administración entrante desde estas primera semanas de la transición", ha puntualizado Mogherini.

La jefa de la diplomacia europea ha señalado que seguirán trabajando "día y noche con la actual Administración" de Barack Obama, pero ha admitido la necesidad de "preparar el terreno para el cambio de administración desde enero". Así, Mogherini ha confiado en visitar "pronto" Washington y ha avanzado que invitará "al futuro secretario de Estado a uno de nuestros próximos Consejos de Asuntos Exteriores".

Mogherini ha dejado claro que hay "consenso" entre los Veintiocho no sólo para "invertir en una relación fuerte entre la UE y Estados Unidos, protegerla y preservarla" sino también sobre la necesidad de "reforzar las políticas y acciones europeas de forma independiente" en función de sus "intereses" y "posiciones". En este sentido, los Veintiocho tomarán decisiones este lunes en la reunión formal de los ministros de Exteriores, junto con sus homólogos de Defensa, para avanzar en la cooperación en seguridad y defensa, junto con la OTAN, lo que Mogherini ha dejado claro que es necesario "con independencia de los cambios en la Administración en Estados Unidos".

"Esto es algo que ya estaba sobre la mesa antes de las elecciones de Estados Unidos", ha explicado, si bien ha admitido que el refuerzo de la defensa europea "podría ser más relevante en el futuro" tras cuestionar Trump en campaña el compromiso con la seguridad de los países europeos de la OTAN que no pagan su cuota. "En cualquier caso es algo que está en nuestro interés hacer", ha remachado, en alusión al refuerzo de la defensa europea.

Los Veintiocho también han discutido "la necesidad de fortalecer la unidad europea en torno a algunas cuestiones clave, que serán más cruciales en los próximos meses" como "la aplicación del acuerdo climático", "la no proliferación y también en la protección del acuerdo iraní" o la responsabilidad global de gestionar la crisis de refugiados, donde los europeos tienen un interés "muy claro", pero también en comercio y en todas las crisis" en las que han venido cooperando "muy bien" en los últimos ocho años con la Administración de Obama. "La Unión Europea y Estados Unidos son socios y seguirán siendo socios por lo que nos atañe a nosotros", ha subrayado la dirigente italiana, que ha insistido varias veces en que habrá que esperar a "ver" la agenda de Política Exterior de la próxima Administración estadounidense.

"La palabra clave es probabilidad. Hemos compartido ideas, pero estamos de acuerdo, todos, en el hecho de que tendremos que ver cuáles van a ser las políticas de la próxima administración. Todavía se tienen que definir", ha zanjado, si bien ha dejado claro que los europeos no deben tener "una actitud de esperar a ver". "Europa continúa", ha recalcado, y ha insistido en aprovechar "las oportunidades" que ofrece el nuevo panorama.

Preguntada por el impacto para el acuerdo nuclear iraní y si un eventual acercamiento de la Administración de Trump a Rusia podría promover un acercamiento a su vez de Europa con Rusia, Mogherini ha dejado claro que el acuerdo nuclear con Irán "no es un acuerdo bilateral" sino "multilateral" y que es "obligación" de la ONU garantizar su cumplimiento durante "toda la duración del acuerdo, que son 10 años".

Respecto a Rusia, Mogherini ha dejado claro que la UE ha trabajado "muy bien" en "muchas cosas" con Rusia y no hay que ver la relación entre el bloque y Rusia como "blanco o negro", aunque ha dejado claro que la UE "no va a cambiar" su posición respecto a "la anexión ilegal de Crimea y la situación en Ucrania" y que en Siria mantienen posiciones "muy diferentes en algunas cuestiones pero en otras coinciden".

Mogherini también ha querido restar importancia a las ausencias de algunos ministros a la cena informal, entre ellas, la del ministro de Exteriores galo, Jean-Marc Ayrault, porque recibe este lunes a primera hora al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en París y al ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, "por motivos políticos". "Es normal que un país que ha decidido salir de la Unión Europea no esté tan interesado en el futuro de nuestras relaciones con Estados Unidos", ha ironizado.

Tampoco ha asistido a la cena de dos horas, entre las 19.30 y las 21.30 horas, el ministro de Exteriores húngaro, mientras que el ministro de Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, quien solicitó la cena a 28 informal, ha llegado una vez terminada la cena porque el avión que debía trasladarle a Bruselas tuvo que ser descongelado, según fuentes diplomáticas.

Ello ha provocado que las discusiones se hayan prolongado una media hora más aunque algunos ministros, entre ellos el belga, Didier Reynders, o el jefe de la diplomacia italiana, Paolo Gentiloni, ya se hubieran marchado.