El reciente diagnóstico de cáncer de próstata con metástasis ósea del expresidente Joe Biden ha generado interés sobre esta enfermedad y sus tratamientos.
¿Qué es el cáncer de próstata metastásico?
El cáncer de próstata metastásico se produce cuando las células cancerosas se diseminan más allá de la próstata a otras partes del cuerpo, como los huesos, ganglios linfáticos, pulmones o hígado. En el caso de Biden, el cáncer se ha extendido a los huesos y presenta una puntuación de Gleason de 9, lo que indica una forma agresiva de la enfermedad.
Aunque el cáncer de próstata metastásico no tiene cura definitiva, existen tratamientos que pueden ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida del paciente.
Tratamientos
Una de las opciones para tratar este cáncer es la terapia hormonal, que consiste en reducir o bloquear la producción de testosterona, hormona que estimula el crecimiento de las células cancerosas en la próstata. Este tratamiento puede incluir medicamentos como abiraterona y enzalutamida.
Otra opción muy efectiva es la quimioterapia, que utiliza fármacos para destruir las células cancerosas. Medicamentos como docetaxel y cabazitaxel son comunes en el tratamiento del cáncer de próstata metastásico, especialmente cuando la enfermedad progresa a pesar de la terapia hormonal.
También se puede tratar a través de la inmunoterapia, un tratamiento que estimula el sistema inmunológico para combatir el cáncer. El sipuleucel-T es una opción aprobada para ciertos casos de cáncer de próstata metastásico.
Por último, una enfermedad como el cáncer de próstata puede tratarse con radioterapia. En este caso, emplea radiación para reducir el tamaño de los tumores y aliviar el dolor, especialmente en casos de metástasis ósea, como el que sufre Joe Biden.
Pronóstico
La esperanza de vida en casos de cáncer de próstata metastásico varía según múltiples factores, incluyendo la respuesta al tratamiento y la salud general del paciente. En promedio, la supervivencia puede oscilar entre 1 y 3 años, aunque algunos tratamientos pueden alargar este periodo.
En el caso de Joe Biden, el cáncer se ha detectado muy tarde, ya que la detección temprana es clave para la efectividad de los tratamientos. Lo ideal es detectarlo antes de los 50 años, y Joe Biden tiene 82. Estos primeros meses son clave, para ver cuáles son los avances con los tratamientos que se aplicarán sobre el expresidente de los EEUU con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

