Algo impensable hace unos años en un país rico en petróleo y otras materias primas. El hundimiento de la economía venezolana está azotando a toda la población pero en especial a las personas más vulnerables como los niños o las mujeres.
Una inflación descontrolada dispara cada semana los productos básicos de la cesta de la compra, comprar alimentos se ha convertido en un lujo para muchos venezolanos y no digamos acceder a métodos anticonceptivos. Una situación desesperada que obliga a muchas madres a tomar la más difícil de las decisiones, dar en adopción a sus hijos para que tengan una vida mejor que la que ellas pueden darles.
Otras familias no pueden mantener a todos sus hijos y con apenas 9 -10 años los echan de casa para que se busquen la vida. Miles de niños deambulan por las calles de caracas y otras ciudades rebuscando en la basura algo que echarse a la boca. Los servicios sociales de Venezuela alertan de que solo en lo que llevamos de 2018 se ha incrementado un 60% los menores que han acudido pidiendo ayuda.