Por eso, dice en una, que si la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona termina "en buen clima" será "positivo" para el Gobierno.
"Va a ser un diálogo salpicado de momentos difíciles, va a ser un diálogo que cueste tiempo", advierte Zapatero, que espera que "este momento haga reflexionar a las fuerzas políticas independentistas de que no pueden proseguir un viaje a ninguna parte".
Subraya que los separatistas tienen que entender que si la sociedad catalana está al 50-50, hay que llegar a un pacto de convivencia y recalca que "hay terreno entre la autonomía y la independencia".
"Hay capacidad de hacer cosas nuevas. Hay una agenda de aproximación que hay que sentarse a hablar de ella y nos puede llevar a un acuerdo", afirma e insiste en que "los independentistas tienen que saber que nadie les ha reconocido en el mundo y uno no es lo que es, uno es lo que los demás piensan que es".
Zapatero no cree que los catalanes acaben eligiendo tarde o temprano su pertenencia al Estado.
"No lo creo, mi pronóstico es que no", augura y apunta que, además, no sería una buena herramienta como lo demuestran "los referéndum del sí o el no, el todo o la nada, del adiós para siempre". "Ese no es el espíritu de la política democrática", sentencia.