Las carreteras de Francia se está convirtiendo en un escenario de conflicto entre camioneros españoles y agricultores locales, que están perpetrando ataques contra las mercancías y bloqueos viales en varios puntos del país, en el marco de las reivindicaciones que el sector agrícola quiere trasladar al gobierno de Emmanuel Macron.
El sindicato mayoritario en el sector agrícola francés, FNSEA, organizó el pasado miércoles 55 bloqueos viales en diversas carreteras francesas: decenas de excavadoras y tractores bloquearon la autopista A7 y la carretera N7, a la altura del Valle del Ródano, donde se arrojó paja, estiércol y neumáticos en las calzadas, buscando colapsar el tráfico de mercancías en las principales vías del país. En las proximidades de Nimes, quince cargamentos de verduras y frutas procedentes de España se desperdigaron por el asfalto, a las puertas de un "viernes negro" que buscan impulsar los sindicatos galos.
También el pasado, durante el desarrollo de los bloqueos, la FNSEA y la asociación Jóvenes Agricultores (JA) presentaron una lista 24 reivindicaciones al gobierno francés, exigiendo "respuestas inmediatas en materia de remuneración" y ayudas de emergencia a los sectores "más en crisis", así como una moratoria en la prohibición de los pesticidas o una mayor flexibilidad en la aplicación de medidas de transición ecológica en el campo.
Estas reivindicaciones constituyen el primer desafío del nuevo Primer Ministro Gabriel Attal, de quien se esperan declaraciones en las próximas horas, tal y como informa Liberátion. Mientras tanto, las acciones de los agricultores imposibilitan ya el tráfico en vías como la A7, la A51, la A20 o la A1, y el líder sindical Arnaud Gaillot afirma que "la pelota está en el techo del gobierno"
Una tensión creciente
Los agricultores llevan un tiempo expresando su descontento: el pasado día 19 de octubre, 500 viticultores de la zona de L'Aude ya bloquearon el paso fronterizo de Le Perthus, quemando neumáticos en la calzada y saqueando cargamentos de tomates, vino y cava procedentes de nuestro país. Estas acciones fueron reprobadas por el Comisario Europeo Thierry Breton, que solicitó a las autoridades francesas una reacción para evitar futuras acciones similares.
Tres meses después del suceso, la situación no ha mejorado: se espera que el 26 de enero sea un "viernes negro" en el transporte por carretera, los sindicatos agrícolas de la Isla de Francia han convocado un bloqueo en las vías de entrada y salida de París desde las dos de la tarde hasta la medianoche, y se plantean bloqueos de magnitud en otras zonas de gran tránsito, como los peajes de Narbona u Orange.
El sindicato francés CGT ha animado a otros trabajadores del sector a unirse a las reivindicaciones y el secretario de la sección sindical de este sindicato en la empresa TotalEnergies no ha descartado la posibilidad de llegar a ocupar refinerías durante la jornada de protestas.
La CEMT desaconseja los viajes en las zonas calientes
En España, la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM) ha recomendado a los transportistas posponer los viajes programados para mañana, o evitar puntos especialmente problemáticos como el peaje de LeBoulou. En un comunicado, la CETM ha denunciado que los bloqueos "no solo están provocando retrasos o pérdidas económicas, sino que además pone en peligro la seguridad y el bienestar de los conductores profesionales que se ven atrapados", y ha emplazado al Gobierno para que este solicite al Gobierno galo una mayor contundencia frente a estos ataques.
