Las palabras de la expresidenta de la Junta de Andalucía y ex secretaria general de PSOE de dicha comunidad durante una entrevista con Jaime Cantizano en 'Por Fin', Susana Díaz, sobre la relación entre los casos más graves de corrupción en el territorio y los comportamientos machistas cobran especial relevancia en el contexto actual, marcado por los recientes casos que salpican a figuras como José Luis Ábalos y Koldo García.
El "patrón" de la corrupción: machismo, prostitución y dominio
En declaraciones recientes, Susana Díaz afirmó: "Los casos de corrupción de este país suelen tener siempre el mismo patrón: el machirulo, la prostituta, alguna conducta fuera del asunto. Y siempre, siempre. No digo que no haya mujeres delincuentes, que las hay, evidentemente, pero que los grandes casos de corrupción en la política española siempre van ligados a lo mismo, a comportamiento machista, machirulo, con tías prostituidas y un ejercicio de dominio de que ellos, ellos son los que lo valen. Es muy brutal".
Díaz subraya que, aunque existen mujeres implicadas en delitos, los escándalos de mayor envergadura en la política nacional suelen estar protagonizados por hombres que exhiben conductas de poder y ostentación, a menudo relacionadas con el uso de servicios de prostitución y actitudes misóginas.
Actualidad: el caso Ábalos, Koldo y la persistencia del patrón
Las palabras de Susana Díaz resuenan con fuerza en el actual panorama político, donde varios casos de presunta corrupción han salido a la luz. Entre ellos destaca el conocido como "caso Koldo", que implica al ex asesor del exministro José Luis Ábalos en una trama de comisiones ilegales. Las investigaciones han revelado, además de posibles delitos económicos, un entorno marcado por excesos, ostentación y comportamientos que encajan en el patrón descrito por Díaz.
El propio Ábalos, aunque niega cualquier implicación directa, se ha visto envuelto en la polémica por la gestión de su equipo y por la falta de control sobre los contratos públicos. El caso ha reavivado el debate sobre la ética en la política y la necesidad de mayor transparencia y control en la adjudicación de fondos públicos.
Un fenómeno estructural más allá de los nombres
Díaz insiste en la importancia de visibilizar este patrón para combatir no solo la corrupción, sino también las actitudes machistas que la perpetúan: "No se trata solo de castigar los delitos, sino de cambiar una mentalidad que asocia el éxito y el poder con la impunidad y el dominio sobre los demás".
Las declaraciones de Susana Díaz ponen el foco en un aspecto muchas veces silenciado de los grandes casos de corrupción en España: el componente machista y de abuso de poder que los atraviesa. La actualidad, con casos como el de Ábalos y Koldo, confirma la vigencia de este patrón y subraya la necesidad de reformas profundas para erradicar tanto la corrupción como las actitudes que la alimentan.