Melchor, Gaspar y Baltasar ya están en España

Los Reyes Magos reparten ilusión en unas renovadas cabalgatas

Como marca la tradición, Sus Majestades de Oriente han llegado puntuales esta tarde a su cita con los niños repartiendo regalos e ilusión y acompañados de sus comitivas reales, que este año en muchos rincones de España se han renovado al apostar por "reinas" magas o dejando a los animales descansar.

ondacero.es

Madrid | 05.01.2016 20:46

El Rey Baltasar saluda a los niños en la Cabalgata de Reyes
El Rey Baltasar saluda a los niños en la Cabalgata de Reyes | Agencia EFE

Centenares de miles de niños, acompañados por sus pacientes padres, han aguantado con nervios desde primera hora de la tarde para ver de cerca a Melchor, Gaspar y Baltasar y recordarles todos los deseos que plasmaron hace días en sus cartas depositadas en los buzones reales.

Y ello a pesar del frío, el viento y la lluvia que ha hecho acto de presencia en varios puntos de la geografía española, como en distintos municipios andaluces, donde los chubascos han retrasado la llegada de los Reyes e incluso en Córdoba ha provocado la suspensión del desfile de carrozas.

El mal tiempo ha hecho que Melchor, Gaspar y Baltasar hayan tenido que adelantar su llegada a Ávila debido a las turbulencias que han sufrido las tres aeronaves en las que han aterrizado en la ciudad amurallada. Pero el don de la ubicuidad de los Magos ha hecho que lleguen a todos los puntos de España y en distintos medios de transporte como el barco, el tren o el avión.

En Tenerife, han descendido desde el cráter del Teide hasta la base del volcán en una cabina del teleférico, donde les esperaban un grupo de niños y turistas que se tomaron "selfies" con los monarcas.

Hasta Alcoy (Alicante), ciudad que acoge la cabalgata más antigua de España, con 131 ediciones, han arribado esta mañana Sus Majestades que han abierto el "campamento real", donde los pequeños han podido observar los tres famosos camellos, así como burritas, cabras y patos.

En Madrid, Valladolid o A Coruña, los animales se han quedado en 'casa' y no han participado en los desfiles al decidir esos ayuntamientos preservar su bienestar y evitar situaciones de estrés, lo que no ha impedido que los niños disfrutaran del espectáculo.

Precisamente esta ausencia ha sido una de las polémicas generadas este año en torno a las cabalgatas organizadas por algunos de los gobiernos municipales surgidos tras las pasadas elecciones de mayo, al igual que la participación de mujeres en el papel de rey mago.

Ha sido el caso de los desfiles de los distritos madrileños de Puente de Vallecas, Ciudad Lineal y San Blas, estos dos últimos celebrados ayer.

El Ayuntamiento de Manuela Carmena ha incorporado más novedades este año como la cesión de las gradas de invitados a personas con discapacidad o la sustitución de concejales por actores que interpretan a los Magos de Oriente, uno de ellos de raza negra.

Precisamente, en Pamplona, el rey Baltasar, encarnado por primera vez en la ciudad por un negro, ha sido el protagonista de la cabalgata, después de años de polémicas por las quejas de muchos de que el tercer mago fuera permanentemente interpretado por la misma persona, de raza blanca y maquillado de negro para la ocasión.

En Barcelona, Sus Majestades de Oriente han sido recibidos por la alcaldesa, Ada Colau, que ha entregado el pan y la sal como símbolo de acogida y hospitalidad y la llave que abre todas las puertas de la ciudad a Melchor, Gaspar y Baltasar tras llegar a bordo del pailebote Santa Eulàlia.

La anécdota en San Sebastián la ha protagonizado un camello, que ha tirado en dos ocasiones a uno de los Reyes.

Como todos los años, Sus Majestades se han acordado de los niños enfermos que no pueden pasar esta noche en sus casas y les han visitado en distintos hospitales, como en el Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, hasta donde han llegado en una grúa ayudados por los bomberos.

Una vez concluidos sus desfiles, Melchor, Gaspar y Baltasar redoblarán sus esfuerzos para recorrer en la noche más mágica del año miles de kilómetros y llenar las casas de juguetes e ilusión.