- Creo que no debemos olvidar en ningún momento que salir de esta sesión sin un acuerdo significará que hemos hecho mal nuestro trabajo.
- Si estoy aquí, si estamos todos aquí celebrando este pleno de investidura, es porque no entendí el encargo del Rey Felipe VI como una invitación que pudiera rehuir, sino como un deber ineludible.
- Para millones de españoles un cambio en el funcionamiento de la vida política es que entendamos en este Parlamento que se acaben las imposiciones, que se acaben los frentismos.
- La mayoría de los españoles, a los que representamos y para los que trabajamos, nos ha facilitado un sólido vehículo para movernos y para desplazarnos, con un mandato claro: el cambio.
- El vehículo del acuerdo se paraliza con las imposiciones, con el chantaje y con el abandono de la mesa de negociación. Pero el vehículo del acuerdo se acelera con la capacidad de ceder.
- Con el PP no podemos promover un cambio de Gobierno y, mucho menos, un Gobierno de cambio. Pero nuestra propuesta es la de tender la mano al grupo popular para dialogar y acordar sobre los grandes asuntos de Estado: la integridad territorial, la reforma constitucional y la unidad de los demócratas frente al terrorismo.
- Tenemos sólo dos alternativas. O no hacer nada y dejar al señor Rajoy y su Gobierno en funciones durante los próximos meses, o apostar por un cambio nacido del diálogo y del acuerdo. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha.
- El grupo parlamentario socialista no exige nada, no aspira a imponer nada, no tenemos líneas rojas, tan sólo firmes convicciones.
- Si queremos el cambio, necesitaremos el diálogo y, sólo así, obtendremos el acuerdo. Esa es la hoja de ruta de un Gobierno del bien común: Cambio, diálogo y acuerdo.
- Desde el PP se insiste una y otra vez en que ni el candidato, ni sus políticas son negociables, que no se va a cambiar nada ¿Cómo vamos a sentarnos a negociar entonces sobre la base de que lo que queremos cambiar es innegociable?
- Desde el otro lado de la cámara se nos ofrece una coalición para la conformación de un Gobierno de izquierdas. Podemos discutir sobre sillas, cargos y reparto de poderes para cada uno. Pero es absurdo llegar allí.
- No hay mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas. No suma. La izquierda no ha conseguido en estas elecciones el número de diputados suficiente para conformar un Gobierno de un único color político.
- El Gobierno saliente del PP nos ha mostrado que no hay nada más débil que el ejercicio del poder basado en la soberbia y la imposición.
- Podemos construir un nuevo Gobierno, podemos configurar una nueva forma de hacer política. Y ahora, estamos descubriendo que para llegar ahí también hay que cambiar la manera de alcanzar el Gobierno. Y esa nueva forma se configura a partir del diálogo, no de la imposición. Se modela a partir del acuerdo, no del asalto.
- La actual configuración de la cámara no es una aritmética imposible; no es un puzzle irresoluble. Es el reflejo exacto, casi milimétrico, de lo que los españoles desean fervientemente.
- No hay una suma posible sólo con partidos de la misma ideología. Estamos obligados a mezclarnos. Tenemos que hacer mestizaje ideológico.
- Ni estamos de acuerdo con el programa de Ciudadanos, ni Ciudadanos con el del PSOE. Pero hemos acordado hasta 200 puntos en los que podemos encontrar un territorio compartido. Es un acuerdo negociado.
- España es el segundo país con mayor desigualdad de la Unión Europea. El necesario equilibrio social que sustenta toda democracia, ha saltado por los aires con la aplicación de las políticas derechistas durante estos años de mayoría más que absoluta, absolutista.
- En los últimos años, la corrupción ha alcanzado un nivel insoportable, los escándalos se amontonan hasta convertirse en algo cotidiano.
- No caeré en el "y tú más" y volcaré desde el Gobierno todo el esfuerzo en prevenir, combatir y castigar con contundencia la corrupción.
- Diálogo es lo que ha faltado durante estos años en uno de los temas que más deberían ocuparnos, el de las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña. No es aceptable que dos Gobiernos democráticos hayan vivido durante años de espaldas uno de otro, sin comprender la ruina colectiva que provoca tal enfrentamiento.
- Estoy comprometido con la defensa de la Constitución y de la ley. Pero no quiero quedarme solo en la ley (...) Hablo de tender puentes y de volver a sentirnos todos parte de este proyecto común que es España.
- No es justo el derrotismo que pretende hacer una enmienda a la totalidad de la democracia del 78.
- La reforma de la Constitución no puede ser el resultado de la imposición ni de la exclusión. Solo tendrá sentido si cuenta con el apoyo de la gran mayoría de las fuerzas políticas y de la ciudadanía.
- Tiendo la mano a todos. Porque renovar nuestro marco de convivencia necesita ineludiblemente del concurso de todos.
- Les aseguro que seré exigente conmigo mismo y con el Gobierno que aspiro a presidir, vamos a exigirnos decencia y valentía.
- Les propongo construir una España mejor, fuerte y solidaria en el mundo. La España de las oportunidades, los derechos y las libertades. Una España laica. Una España libre de corrupción.
- Al dar un paso adelante, y aceptar esta sesión de investidura, hemos resuelto el bloqueo de la situación política a la que la falta de responsabilidad del señor Rajoy nos había llevado.
- Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del Jefe del Estado.