En un comunicado y una carta de despedida, Manjón anuncia, como ya dijo en otoño, que no se presentaría a su reelección como presidenta de la asociación en la asamblea anual celebrada el pasado sábado, que ha elegido a una nueva junta directiva presidida por Eulogio Paz, padre de Daniel, uno de los fallecidos en el 11M y que era también hijo de Pilar Manjón.
Paz, como el resto de su equipo, entre ellos varios supervivientes de las bombas en los trenes de El Pozo y Atocha, tomarán posesión de sus cargos durante esta semana.
Ligado desde su fundación a la asociación, el nuevo presidente ha escrito dos libros relacionados con los atentados: "11-M. Cartas al director", en el que en 2007 contestaba a la denominada "teoría de la conspiración" y "11-M, palabras para Daniel y cartas al director", una recopilación de 30 cartas enviadas al diario El País y que no fueron publicadas en las que reflexiona sobre los atentados.
Como despedida, Pilar Manjón ha remitido una carta a los socios en la que deja claro que ni dimite ni la "echan", sino que tras doce años considera que por "estética y por ética hay que cambiar de caras".
Manjón recuerda los inicios de la asociación, los cuatro meses y medio de juicio, los múltiples reconocimientos, las campañas de desprestigio o "las delirantes interpretaciones de la verdad" frente a las que -continúa la carta- "aprendimos a plantar cara y a mirar a los ojos sin odio, sin miedo y con ilusión".
La hasta ahora presidenta de la Asociación 11M lamenta el "goteo" en las salidas de los que aún continúan encarcelados por los atentados por unas penas cortas porque el Código Penal "jamás se adoptó al terrorismo yihadista".
Pese a todo, Pilar Manjón se siente orgullosa de que la asociación haya servido como punto de encuentro para compartir el dolor y la lucha por la verdad y la justicia.
"Hemos trabajado juntos para romper los círculos de violencia y de venganza, incluso las internas, porque nunca hemos perdido la perspectiva de que somos una Asociación de Víctimas, personas frágiles y heridas por el dolor", subraya Manjón para quien el mayor valor del colectivo ha sido la unidad "sin hurgar en las diferencias y siendo equidistantes de ideologías políticas, razas y religiones".