EN COLABORACIÓN CON LA POLICÍA RUMANA Y BÚLGARA

Ordenan el ingreso en prisión para 10 de los detenidos por contrabando de tabaco

Las autoridades judiciales han ordenado el ingreso en prisión de diez de los detenidos en la operación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de las policías rumana y búlgara contra una de las mayores redes de contrabando de tabaco en Europa.

ondacero.es

Madrid | 31.03.2017 09:04

Coche de la Guardia Civil
Coche de la Guardia Civil | EFE/Archivo

Fuentes jurídicas y de la investigación han indicado a Efe que de ellos, siete tienen orden de ingreso en la cárcel en España -cuatro de nacionalidad rumana, un chino, un paquistaní y en un español-, mientras que los otros tres deberán entrar en prisión en Rumanía (dos) y Bulgaria (uno). Dentro de España, el Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas de Mar (Almería) decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza, para cuatro de los detenidos en esa provincia.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) han informado a Efe de que el juez investiga a estas personas por los presuntos delitos de organización criminal, contrabando y blanqueo de capitales. La denominada operación "Mangalica" se saldó con 42 detenidos (30 en España, 11 en Rumanía y 1 en Bulgaria) y 58 registros (18 en España, 38 en Rumanía y 2 en Bulgaria), según han explicado en rueda de prensa los responsables de la investigación.

Una operación que comenzó en mayo del pasado año al constatar la existencia de una organización criminal internacional que distribuía desde fábricas legales de tabaco, ubicadas en Ucrania, Bulgaria y Grecia, y a través de Rumanía, grandes cantidades de marcas blancas de este producto -hasta 32 diferentes se han detectado- a España, especialmente a Andalucía.

Sin pagar los correspondientes impuestos que el tabaco soporta en nuestro país, con una fiscalidad más alta que en los territorios donde se fabricaba, la red desmantelada contaba con una estructura en Andalucía para la distribución de las cajetillas en domicilios particulares, bazares, locutorios y otras tiendas, muchas de ellas regentadas por árabes y chinos.

Es en estos lugares donde el consumidor adquiría las cajetillas por entre 2,5 y 3 euros cada una. Los investigadores calculan que la ganancia del intermediario por cada cajetilla era de medio euro y la del distribuidor de entre 1 y 1,5 euros. Los investigadores han puesto de manifiesto no solo la competencia desleal con los productores y distribuidores legales, sino también el perjuicio para la salud del consumo de un tabaco falsificado muchas veces. Tanto es así, que los miembros de la organización no lo consumían.

La operación ha sido llevada a cabo por la UCO, la Guardia Civil de Almería y las policías rumana y búlgara, con el apoyo de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), y se ha desarrollado de forma simultánea en esos dos países, en todas las provincias andaluzas salvo Jaén y Huelva, Lleida y Tenerife.