El pasado domingo 5 de septiembre, un joven de 20 años denunció ante la Policía que había sufrido una agresión homófoba por parte de ocho individuos encapuchados en el barrio de Malasaña de Madrid. Según la declaración de la víctima, los hechos habrían ocurrido alrededor de las 17 horas, cuando un grupo de ocho personas le interceptaron cuando entraba en el portal de su casa, le cortaron el labio con una navaja, le escribieron 'maricón' con el arma blanca en el glúteo mientras le gritaban "maricón", "asqueroso" y "comemierda".
La reacción política y ciudadana fue inmediata, condenando los hechos de manera pública. Además, el Gobierno anunció que este viernes se reuniría Comisión del Delito de Odio para analizar el repunte de ataques al colectivo LGTBI. Finalmente, gracias al trabajo de investigación de la Policía, la supuesta víctima confesó que no existió el ataque ni los encapuchados y, además, que los cortes con la navaja habían sido consentidos y que se los había hecho una persona con la que había mantenido relaciones. Ahora el joven se enfrenta a un posible delito de simulación de delito, contemplado en el Código Penal.
Marlaska calificó los hechos como "anecdóticos"
Tras conocer la falsedad de la denuncia, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska,pidió cautela durante una entrevista en Más vale tarde de La Sextay calificó los hechos como "anecdóticos". Según dijo el ministro "hay que tener cautela y esperar a la declaración final. Hay una infradenuncia del 80 y 90 por ciento en este tipo de delitos" y añadió que "hay conductas públicas y conductas en las redes que fomentan los delitos de odio, no banalicemos".
Además, Marlaska aseguró que "este caso se ha resuelto por un trabajo eficaz de la Policía pero no hay que frivolizar sobre los delito de odio que han incrementado un 9 por ciento en el primer semestre de 2021. Si frivolizamos mucha gente puede no denunciar estos delitos, pido cautela".
La oposición pide su inmediata destitución
Por su parte, los partidos de la oposición, Partido Popular, Ciudadanos y Vox, han pedido la dimisión inmediata del actual ministro del Interior y le acusan de haber alimentado la denuncia falsa.
Desde el PP, el líder de la formación, Pablo Casado, cree que Marlaska debería dejar su puesto ya que considera que ha utilizado este supuesto ataque homófobo para atacar a los partidos de la derecha y le acusa de haber hecho un uso "partidista" de la Comisión de Delitos de Odio. Según Casado, "Marlaska no puede seguir porque ya llueve sobre mojado", ya que ha recordado que se trata de la segunda vez que el Gobierno usa agresiones en contra de los demás partidos, como ocurrió con las cartas amenazantes que recibieron varios políticos durante la campaña electoral en la Comunidad de Madrid.
Desde Voz, la portavoz adjunta en el Congreso de los Diputados, Macarena Olona, ha confirmado que el partido pedirá formalmente la reprobación y cese del ministro, por hacer una "utilización política, partidista e indigna" de la falsa denuncia para cargar contra Vox. Según ha señalado Olona, Marlaska ya sabía que los hechos no eran reales cuando "vinculó a Vox con la agresión homófoba".
Y desde Ciudadanos, su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, ha censurado que Marlaska echase la culpa a la oposición de la supuesta agresión que más tarde se ha conocido que era falsa. "Lo de Marlaska no tiene nombre, es otra cosa más que lastra ese buen nombre que tenía cuando era un ariete contra el terrorismo siendo magistrado de la Audiencia Nacional", ha comentado, por lo que solicita su dimisión o que Pedro Sánchez lo cese.
Otras polémicas en torno a Marlaska
Esta no es la primera polémica en la que Grande-Marlaska se ve envuelto desde que es ministro, durante la campaña electoral para las elecciones a la Comunidad de Madrid, él y otros políticos como el entonces líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, la ministra Reyes Maroto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, recibieron cartas amenazantes y, según la derecha, la izquierda hizo suyo el discurso y señaló a los partidos de la oposición como culpables.
La oposición también pidió la dimisión de Marlaska cuando purgó a la cúpula policial entre ellos al jefe de la Guardia Civil de Madrid, el coronel Diego López de los Cobos, alegando "pérdida de confianza" por no haberle comunicado que había remitido al juzgado un informe sobre las manifestaciones del 8 de marzo y que investigaba al Gobierno sobre la pandemia.
Por otro lado, Marlaska también fue criticado por el acercamiento de 96 presos etarras con delitos de sangre a pesar de que tenían los informes de las cárceles en contra de ello.
Y, por último, el ministro del Interior fue puesto de nuevo en el punto de mira con la crisis de los menores de Ceuta y las "devoluciones en caliente". El ministro justificaba el retorno de los menores a su país diciendo que lo mejor para ellos era volver con sus familias, aunque finalmente fueron suspendidas por la justicia al considerar que no se estaban siguiendo los trámites necesarios.
