El rectorado de la Universidad de Granada ha salido en defensa de su alumnado después de haberse colocado a los universitarios en el centro de las críticas tras los vídeos de este finde semana.
A la espera de las medidas que anunciará el gobierno de Juanma Moreno, esta mañana la rectora, Pilar Aranda, indica que "es inviable cerrar la universidad" y asegura que "los jóvenes de los videos no eran universitarios".
Aranda ha destacado que la Universidad tan solo ha registrado 236 positivos desde el 21 de septiembre de los 60.000 alumnos que tienen. "Nosotros tenemos una universidad segura, no hay ningún foco de momento ni en aulas, ni en laboratorios, ni en bibliotecas", señala la rectora.
Respecto a un posible cierre de aulas la rectora lo descarta y se pregunta "si también se cerrarían cafeterías o locales de ocio donde sí se podrían dar cita los alumnos". Además, recuerda que en primavera, y con la Universidad cerrada, Granada registraba una alta incidencia de contagios.
El alcalde dice que se tomarán medidas sin que les tiemble el pulso
Por su parte, el alcalde de Granada, Luis Salvador, decía este lunes en 'Julia en la onda' que desde su punto de vista “las imágenes de botellón son de la una de la mañana, la misma hora en la que cerraron los locales. Fueron 20 minutos, pero esas imágenes están dando la vuelta a toda España”.
También durante su entrevista en 'Más de uno' con Carlos Alsina, Salvador decía sentirse "bastante preocupado" por el aumento de casos de coronavirus en la ciudad. Con la llegada de los 40.000 estudiantes y la gente que ha acudido en el puente del Pilar, donde han tenido un 85% de ocupación hotelera, "evidentemente los datos han crecido".
De esta manera el alcalde ha abogado por "adoptar medidas para rebajarlos", entre las que se encuentra el control en las universidades, colegios mayores y residencias, pero hadescartado cerrar la Universidad de Granada y restricciones en los horarios y ocio nocturno.
"Al cerrar las discotecas, la gente va a otras zonas y otros lugares", ha explicado Salvador y ha recordado que está "la economía en juego, la pérdida de empleos y el aumento de desigualdades". "No es una tontería", dice, "requiere de la mayor responsabilidad social".