La dicotomía se viene arrastrando desde Sídney. El beso en la boca del ex presidente de la Federación de fútbol Luis Rubiales a la jugadora Jennifer Hermoso despertó una división mediática y social entre los que apreciaron en el hecho un acto claramente delictivo y contra la libertad sexual de la futbolista y los que lo percibieron como una simple anécdota aunque moralmente reprochable.
Esta confrontación de dos formas de percibir un mismo hecho, un beso viral y retransmitido en todo el mundo, ha permeado también en la investigación judicial y posterior juicio en la Audiencia Nacional.
En Onda Cero, hemos recogido esas dos aproximaciones jurídicas diametralmente antagónicas ofreciendo en cuatro minutos y medio los hitos dialecticos de dos brillantes alegatos: el de la fiscal Marta Durántez y el de la abogada de Rubiales, Olga Tubau.
El juicio ha quedado visto para sentencia este viernes y será el juez José Manuel Fernández Prieto quien incline la balanza hacia la absolución o la condena. Pero la sentencia de la Audiencia Nacional no zanjará la bipolaridad porque es más que previsible que unos u otros recurran ante el Tribunal Supremo.
En consecuencia, el episodio del beso de Sídney que empañó la celebración del Mundial para el fútbol femenino seguirá alimentando durante meses o años la dualidad de las dos Españas también en el terreno penal.
Continuará…