Ferraz considera que la iniciativa de aplazar la asamblea debería partir de los territorios para evitar que pueda interpretarse que el cambio de fecha es un movimiento para favorecer al actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
"Si las federaciones piden aplazarlo, no hay problema, y si piden que se mantenga, adelante", apuntan a EFE fuentes de la dirección.
El núcleo duro de la Ejecutiva subraya que cualquier decisión que se adopte tiene que ser "por consenso", al igual que se hizo cuando se convocó el congreso en el Comité Federal celebrado el pasado 30 de enero.
El calendario se pone en marcha el 11 de abril, cuando se abrirá el plazo de presentación de precandidaturas para liderar el partido, que se cerrará el 14 de abril.
El ritmo de las negociaciones para formar gobierno hace difícil que para esa fecha se haya resuelto la investidura, por lo el proceso coincidiría con la recogida de avales de los precandidatos -del 15 al 25 de abril-.
Ferraz insiste en que la prioridad es "acompasar los tiempos del partido con los tiempos de España", por lo que se abriría paso la opción de retrasar el congreso, puesto que la fecha límite para intentar la investidura y evitar nuevas elecciones es el 2 de mayo.
De acuerdo con el calendario del congreso, el 8 de mayo se celebrarían las primarias a secretario general -en caso de haber más de un candidato-, cuya ratificación sería dos semanas después.
La decisión de aplazarlo la tiene que tomar el Comité Federal, el máximo órgano del partido, que por ahora no tiene fijada ninguna reunión.
Ferraz propuso en su momento que el congreso fuera en junio, pero ante el malestar de algunas federaciones, como Andalucía, Comunidad Valenciana, Asturias y Aragón, se adelantó a mayo.
Por ahora, solo Sánchez ha anunciado que se presentará a la reelección, aunque los rumores de que la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, podría dar un paso al frente han ido creciendo en los últimos días.
No obstante, en el PSOE andaluz no quieren alimentar la hipótesis y subrayan que, "ahora mismo", el trabajo de Díaz está centrado en Andalucía, según dijo esta semana Antonio Pradas, 'número tres' de la dirección federal y hombre de confianza de la presidenta de la Junta.
Desde el entorno de Sánchez, tienen plena confianza en que si el congreso se mantiene en las fechas previstas, saldrá reelegido.
"No veo que alguien pueda ahora competir con Pedro Sánchez. Si hubiera alguien interesado, eso se huele, y no hay señal por ahora", apunta a EFE una dirigente cercana al secretario general que duda de las aspiraciones de Díaz a intentar el asalto a Ferraz.
Aunque algunos de los barones de más peso son críticos con la gestión de Sánchez, el principal aval con el que cuenta Sánchez es el de la militancia, como quedó constancia en la consulta del acuerdo con Ciudadanos, validado por cerca del 80 por ciento de los afiliados.
Desde las elecciones del 20 de diciembre, Sánchez "ha crecido mucho y está muy respaldado por las bases", señala a EFE un diputado, quien ve que aunque no logre ser investido presidente, ganaría con holgura en unas primarias a Díaz.
Uno de los cargos de peso de la Comunidad Valenciana coincide en que el actual secretario general "se está reforzando internamente" y ve "arriesgado" que Díaz dé un paso al frente ya que reabriría el enfrentamiento interno.
"La militancia no quiere más peleas. El Comité Federal del 28 de diciembre fue un punto de inflexión", reconoce a EFE otra diputada al recordar la tensión que estalló durante varios días entre los barones críticos y Sánchez a cuenta de las pautas que debía seguir en las negociaciones para la formación del gobierno.