ESPAÑA

Extremadura marca el termómetro del difícil calendario electoral que se le avecina al PSOE

El batacazo en Extremadura augura unos meses complicados para un PSOE que tendrá que enfrentarse a elecciones en otras tres regiones durante la primera mitad del 2026.

Las claves del batacazo electoral del PSOE en Extremadura: "No puede hacerse peor"

Roberto Gómez Ramos

Madrid |

Pilar Alegría y María Jesús Montero en una foto de archivo
Pilar Alegría y María Jesús Montero en una foto de archivo | Europa Press

Las elecciones extremeñas han marcado el inicio de un nuevo ciclo político en España que continuará durante los primeros meses de 2026 y que deja un panorama preocupante para el PSOE.

El batacazo en uno de sus históricos bastiones electorales deja a los socialistas en una situación delicada tras perder diez escaños quedándose tan solo en 18, once menos que el PP y con casi 20 puntos menos en intención de voto.

Los casos de corrupción, con investigaciones que afectan a personas cercanas al partido e incluso familiares de altos cargos, y las acusaciones internas de acoso, han sido un durísimo golpe a la imagen de un PSOE que aún busca una respuesta contundente a esta crisis interna.

Todos estos problemas han minado la confianza del electorado progresista, que ya hemos podido ver en estos últimos comicios regionales que ha optado por otras opciones. Los diez escaños perdidos por el PSOE se los reparten entre las otras tres fuerzas que conforman la Asamblea de Extremadura: PP (+1), Vox (+6) y Unidas por Extremadura (+3).

Es llamativo que sea precisamente Vox la fuerza que más crece a costa el desgaste del PSOE y sitúe a la formación de Abascal en una posición lo suficientemente fuerte para exigir cada vez más al PP en las negociaciones para la investidura de María Guardiola.

El PSOE se encuentra ahora ante una delicada situación de cara a un exigente calendario electoral en el que otras tres regiones acudirán a las urnas durante los primeros meses de 2026.

Aragón, el siguiente test

Será la primera gran cita electoral del 2026. El próximo 8 de febrero los aragoneses acudirán a las urnas y las encuestas no son nada favorables para el PSOE, a pesar de que Pedro Sánchez ha sacrificado a una de sus ministras y portavoz en el Gobierno para liderar la candidatura socialista, Pilar Alegría.

Los sondeos proyectan una imagen similar a la de Extremadura, con una ligera subida del PP y un importante crecimiento de Vox, que podría subir de 7 a 11 escaños.

El PP volvería a ser la formación más votada, con aproximadamente un 40% de los votos, superando al PSOE en más de 10 puntos en intención de voto. Las encuestas dan en torno al 25% de los votos a los socialistas, una cifra relevante, pero insuficiente para intentar liderar un gobierno propio.

Vox crece con fuerza en Castilla y León

Las últimas encuestas electorales en Castilla y León, donde se espera que las elecciones se celebren el próximo mes de marzo, muestran una clara tendencia al alza de Vox, que ya logró un importante resultado en 2022, cuando entró a formar parte del Gobierno junto al PP.

Las encuestas señalan a un PP cosechando un resultado parecido al de los últimos comicios y a un PSOE incapaz de recuperar terreno ante los populares a pesar del descontento por la gestión de los incendios del pasado verano.

A evitar una nueva mayoría absoluta de Moreno Bonilla

En Andalucía, donde las elecciones están previstas para junio, la tendencia apunta a una nueva clara victoria del Partido Popular, al que los sondeos dan más del 40% de los votos, pero sí que está en duda que pueda mantener la mayoría absoluta lograda en 2022.

Ese desgaste del PP, acrecentado especialmente por la crisis de los cribados, lo capitaliza principalmente Vox en una región históricamente socialista y que apunta a cosechar unos resultados llamativamente bajos.

Para evitarlo, Sánchez quemará otra importante bala de su gobierno, a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aunque los sondeos la sitúan muy lejos de ser una candidata que pueda realmente disputarle la presidencia de la Junta de Andalucía a Juanma Moreno Bonilla.