Lo primero que hace el juez en su auto es analizar las actividades de la sociedad que Iñaki Urdangarin tenía a medias con su esposa.
Asegura que Aizoon era una 'sociedad pantalla', un disfraz para ingresar parte del dinero que se obtenía en contratataciones que tienen claros indicios de ser delitos de malversación.
Después explica las razones por las que imputa a la Infanta: [[LINK:INTERNO||||||blanqueo de capitales y dos delitos fiscales]].
Es rotundo al decir que su actuación fue determinante para el funcionamiento presuntamente delictivo de la sociedad.
Así como que intervino lucrándose y facilitando que lo hiciera su marido, mediante su colaboración silenciosa.
Castro presenta numerosas facturas pagadas por Aizoon de actividades privadas de Doña Cristina. Viajes, cenas de lujo, fiestas infantiles, cursos de baile o la decoración de su casa.
El juez recuerda también la declaración de la Infanta, sobre todo sus respuestas diciendo que no sabía nada sobre Aizoon.
Advierte Castro de que si actuó así por la confianza, veneración o el amor que profesaba a su marido, él no debe pronunciarse, y ya valorará sus respuestas el tribunal que la juzgue, si es que llega el caso.
El fiscal recurrirá este viernes la imputación de la Infanta. Cree que ha sido tratada de manera injusta y por ser quién es, y mantiene que, después de haber escuchado a más de 300 personas, sigue sin existir ningún elemento contra ella.