En esta segunda votación, a Sánchez le bastaría con obtener mayoría simple, más votos a favor que en contra, donde entrarían en juego las abstenciones que puedan producirse. De no conseguir tampoco el respaldo del Congreso, comenzaría a correr el plazo de dos meses que marca la Constitución para la disolución automática de las Cortes y la convocatoria de elecciones.
No obstante, lo esperable es que el Rey vuelva a convocar a los líderes políticos para intentar desatascar la situación y presentar a un nuevo candidato a la investidura y sería, quizá, el momento del líder del PP, Mariano Rajoy.
En el caso de que en esos dos meses nadie consiga ser investido se convocarían automáticamente elecciones generales. "Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Gobierno", señala la Constitución.
La fecha de convocatoria sería aproximadamente hacia el 3 de mayo -dos meses exactos desde la primera votación de investidura fallida-, lo que aplicando la normativa electoral llevaría la fecha de las elecciones al 26 de junio, 54 días después de la disolución de las Cortes.