Casi cuatro siglos de cárcel para los dos etarras por el intento de asesinato de Esther Cabezudo y el escolta que habitualmente la acompañaba, el 28 de febrero de 2002. ETA hizo estallar un artefacto de 20 kilos de explosivos adosado en un carrito de la compra.
Al igual que otras 19 personas, Cabezudo resultó herida en una explosión que provocó un cráter y numerosos daños en edificios y vehículos.
El Tribunal sentencia también a Kepa y a González a pagar indemnizaciones de entre 50 y 30.000 euros a la mayoría de los heridos, mientras que tendrán que pagar 155.000 euros a la edil socialista, y 282.000 para su escolta por las importantes lesiones y secuelas.
Según contaron en el juicio varios testigos allí presentes, ambos salvaron sus vidas porque ese día cambiaron de acera.