En un discurso titulado "La desventurada regulación legal de los inmigrantes", la regidora madrileña ha denunciado que toda la normativa europea que afecta a los inmigrantes y refugiados "es un auténtico desastre". En su opinión, lejos de basarse en "la buena política", entendida como el principio ilustrado que mira hacia la "felicidad pública", las leyes en materia de inmigración "causan pesar, dolor, inconvenientes y gastos inútiles y absurdos".
Por ello, la regidora ha aseverado que "el poder local quiere aportar lo máximo que pueda" y que, para ello, cuenta con "muchas posibilidades" como "el derecho histórico del empadronamiento". "Los poderes locales estamos dando un paso adelante buscando estructuras de facilitar y ensanchar el empadronamiento y que haga posible acabar con algo tremendo a lo que lleva esa incapacidad, a la muerte civil de infinidad de personas", ha denunciado. Y agregó: "Nosotros sabemos que hay una muerte legal por algo que es simplemente ser 'sin papeles'".
Carmena ha dicho que Madrid está desarrollando proyectos para "resucitar a estos muertos legales", los inmigrantes, y puso como ejemplo las tarjetas de regularización y reconocimiento de inmigrantes puestas en marcha en otras ciudades como Nueva York. Pero advirtió que los ayuntamientos y entes locales, cuando tratan de regular la situación que viven los inmigrantes, siempre tropiezan con "el escollo" de la regulación estatal.
Carmena llamó entonces a "empoderar al poder local" para que este permita a los inmigrantes "tener una vida completa, una familia y un trabajo con ingresos". Para ello, entre otras cosas, propuso como "absolutamente imprescindible" el establecimiento de conexiones entre todos los alcaldes que quieran terminar de consolidar esta realidad" y "hacer posible que puedan venir refugiados".
Esta no debe ser "una red teórica" sino una colaboración concreta, con nombres, apellidos, un número de teléfono y un correo electrónico que genere "un tráfico internacional que haga un poquito posible esa necesidad de cumplir esos principios de humanidad". Por otro lado Carmena denunció la situación que se vive en el Mediterráneo, un mar al que tildó de "cementerio azul" y al que, según confesó, cada vez le resulta "más difícil mirar", ya que en sus aguas mueren miles de inmigrantes cada año.
Esta cumbre en el Vaticano se prolongará hasta mañana sábado, lleva por título "Europa: Los refugiados son nuestros hermanos y hermanas", y cuenta con la participación de alcaldes de ciudades europeas, entre ellas las españolas Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Zaragoza.