Fuentes jurídicas han explicado que Alemania es uno de los peores lugares en los que podía caer Puigdemont a la hora de aplicar y tramitar una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) porque el Código Penal alemán sí recoge delitos muy similares al de rebelión por el que le reclama España, algo que no ocurría en Bélgica.
De hecho, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena decidió cancelar la OEDE dado que la legislación belga no contempla el delito de rebelión por el que se le pretende juzgar en España.
Pero los artículos 81, 82 y 83 del Código Penal alemán, recogidos en Título II de la Sección Primera sobre delitos de traición a la paz, alta traición y puesta en peligro del Estado democrático de Derecho, despejan el panorama hacia una futura extradición del expresidente catalán.
El artículo 81 sobre el delito de alta traición a la Federación dice que "quien intente con violencia o por medio de amenaza con violencia perjudicar la existencia de la República Federal de Alemania o cambiar el orden constitucional que se basa en la Constitución de la República Federal de Alemania, será castigado con pena privativa de la libertad de por vida o con pena privativa de la libertad no inferior a 10 años"
El artículo 82 sobre el delito de alta traición contra un Estado Federal castiga con esta misma pena de uno a diez años a quien intente con violencia o con amenaza de violencia "incorporar el territorio de un Estado total o parcialmente a otro Estado" trate de "separar una parte de un Estado" o "cambiar el orden constitucional que se basa en la Constitución de un Estado".