Aunque muchas veces la realidad desmiente a las previsiones, como ha ocurrido hace escasos meses con motivo de las elecciones municipales y autonómicas, cuando la abstención fue bastante menor que la prevista, en esta ocasión hay datos que apoyan la posibilidad de que el domingo próximo un gran numero de españoles decidan no acudir a los colegios electorales. Entre esos datos se encuentran el descenso en el numero de solicitudes de voto por correo, que solo un 10 por ciento del censo CERA (censo de españoles residentes ausentes) haya solicitado votar o incluso que un 35 por ciento menos de personas invidentes que hace cuatro años hayan pedido ejercer su derecho al voto.
Es en esta tesitura es donde entra el análisis sobre las causas. Si es por desapego de la sociedad hacia los partidos políticos habituales o si se trata de un rechazo hacia una determinada opción o si se debe a que la desesperanza de los ciudadanos en las soluciones de la política, viendo lo que pasa en países vecinos, se ha instalado en nuestras vidas. Respuesta esta ultima que tendrá su contestación en los estudios demoscópicos que se hagan después del 20N.
Otra gran incógnita relacionada con la abstención es a quien beneficia que los electores no acudan a las urnas, si al partido mayoritario, al segundo o a ninguno de los dos. Aquí hay numerosas teorías, contradictorias entre si. Y que la realidad se ha encargado de desmentir en las últimas elecciones que se han celebrado en nuestro país.