Nació en Madrid en 1960, se afilió a las Juventudes Socialistas siendo adolescente y desde entonces se ha entregado con pasión a la actividad política, la misma pasión que le faltó para terminar sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas. También le faltó paciencia porque sólo dos asignaturas de Políticas le separaban de la licenciatura. No ha encontrado tiempo para terminar la carrera. A cambio, siempre se le dieron bien los idiomas, de ahí que fuera elegida como telefonista accidental aquella tarde noche que protagonizó Tejero. Hoy habla a la perfección francés, se desenvuelve con naturalidad en inglés y chapurrea italiano.
Elena Valenciano es una mujer simpática, directa, de trato fácil en las distancias cortas, pero muy exigente y perfeccionista, según los que trabajan con ella. Se declara feminista beligerante (buena parte de su carrera la ha dedicado a la defensa de los derechos de las mujeres) lo que no quita para que sea tan coqueta que es capaz de parar una entrevista para arreglarse el pelo si no le convence el peinado. Forma parte de su imagen el tatuaje de una mariposa que lleva en el hombro desde que cumplió cuarenta años y acompañó a su hija a hacerse uno. Quería comprobar en sus propias carnes que las condiciones higiénicas del local eran las adecuadas.
Divorciada de su primer marido, vive separada del segundo por la distancia que hay entre Madrid y Altea, pero aprovecha cualquier ocasión para ir a visitarle, a él y a su adorado mar Mediterráneo, en cuanto puede escaparse de sus obligaciones profesionales, que son cada vez más y que van añadiendo kilómetros a las escapadas alicantinas.
No le asusta vivir buena parte de su tiempo dentro de un avión, se acostumbró a hacer kilómetros durante los casi diez años que estuvo como eurodiputada, desde 1999 hasta 2008. Además, en el PSOE ha trabajado muy cerca de la primera secretaria de organización Leire Pajín, de su sucesor, Marcelino Iglesias, y de su predecesor en la vicesecretaría general del partido, José Blanco.
Si miramos más atrás en su carrera política descubrimos que formó parte del equipo que consiguió que José Borrell se convirtiera en el candidato a las Presidencia del Gobierno por el PSOE venciendo a su adversario Joaquín Almunia en aquellas primarias de 1998. También acertó cuando apostó sin ninguna duda por Alfredo Pérez Rubalcaba en el último Congreso del partido en febrero de 2012. Ahora es ella la que se la juega. El 25 de mayo comprobaremos si sigue en racha.
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