El expresidente Donald Trump ha anunciado este jueves su intención de imponer un arancel del 50% a todos los productos importados desde la Unión Europea, salvo aquellos fabricados en Estados Unidos. La medida, que entraría en vigor el próximo 1 de junio de 2025, se justifica, según Trump, por lo que considera un trato comercial "injusto" por parte del bloque europeo.
En una publicación difundida en su red social Truth Social, Trump acusó a la Unión Europea de haber sido "formada con el propósito principal de aprovecharse de Estados Unidos en el comercio". También denunció la existencia de "poderosas barreras comerciales", "manipulaciones monetarias" y "demandas injustificadas contra empresas estadounidenses", asegurando que estas prácticas han contribuido a un déficit comercial superior a los 250.000 millones de dólares anuales.

"Nuestras conversaciones con ellos no están llegando a ningún lado", afirmó el expresidente, al tiempo que defendió que los productos fabricados en territorio estadounidense no estarán sujetos al nuevo arancel.
Trump prosigue con su objetivo arancelario
Este nuevo arancel se suma a una batería de medidas previas: desde abril, Estados Unidos ya aplica un arancel general del 20% a todas las exportaciones europeas, con tarifas específicas del 25% para sectores como automóviles, acero y aluminio. Otros productos especialmente afectados incluyen maquinaria, aviones, productos agrícolas, semiconductores, y productos energéticos, aunque estos últimos, de momento, están exentos.
El impacto es notable: dos tercios de las exportaciones comunitarias de bienes hacia el país norteamericano, valoradas en unos 370.000 millones de euros, se ven afectadas por estos gravámenes.
Los expertos exponen que el trasfondo de la guerra arancelaria responde a los objetivos de Trump de reducir el déficit comercial estadounidense, eliminar barreras no arancelarias europeas (especialmente en productos agrícolas), y forzar a Europa a comprar más gas y petróleo de EE.UU., además de revisar el gasto en defensa y el acceso al mercado automotor.
La respuesta de Europa al conflicto aduanero
La respuesta europea ha sido limitada hasta ahora. Bruselas ha aprobado una primera tanda de aranceles del 25% sobre 21.000 millones de euros en importaciones estadounidenses, a aplicarse de forma escalonada, pero ha optado por suspender su entrada en vigor tras una "tregua parcial" negociada con Washington, en busca de tiempo para nuevas negociaciones.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, y su homólogo estadounidense, Howard Lutnick, mantienen conversaciones para intentar frenar la escalada y buscar un acuerdo que evite daños mayores en la relación comercial más importante del mundo.
El impacto económico es desigual: Alemania, Irlanda e Italia son los países más expuestos, ya que una parte significativa de sus exportaciones va a EE.UU., mientras que España, aunque afectada, tiene una relación comercial menos intensa y, en algunos casos, superávit con EE.UU.
El Banco Central Europeo estima que un arancel general del 25% restaría hasta medio punto porcentual al crecimiento del PIB comunitario.
La guerra arancelaria de Trump contra Europa está en pleno auge, con medidas cada vez más duras y un clima de alta incertidumbre para el comercio transatlántico. Las negociaciones en curso serán clave para determinar si se logra una desescalada o si, por el contrario, la confrontación comercial se agrava en los próximos meses.