Tras un arranque convulso en el que la prima de riesgo llegó a tocar los 507 puntos, el riesgo país de España se relajaba a mediodía para situarse en el entorno de los 490 puntos.
Las alarmas se disparaban en torno a las 8.15 horas, cuando el diferencial con el bono alemán superaba por primera vez los 500 puntos, doce por encima de los 488 puntos con los que cerró el martes.
Según varios expertos, la intervención aún no ha tenido lugar, pero el mercado desea que ocurra y espera que se haga realidad, por lo que la presión sobre la deuda española ha bajado un poco, aunque menos de lo que hubiera caído si el BCE hubiera empezado a comprar títulos.
La entidad rectora del euro ha estado comprando deuda española y también de otros países "periféricos" desde el pasado agosto, para ayudar a enfriar el elevado rendimiento que tiene que ofrecer el bono español a diez años en comparación con el alemán, al que los inversores acuden en masa cada vez que surgen dudas sobre otros países más débiles.
Sin embargo, el BCE lleva ya más de dos meses sin entrar en el mercado, lo que también ha contribuido a elevar la tensión, según las mismas fuentes.
De momento, el interés del bono español a diez años caía hasta el 6,371 %, desde el 6,508 % de la apertura, en tanto que el bono alemán repuntaba ligeramente, hasta el 1,464 %, después de abrir en el 1,437 %, tras una notable caída después de una avalancha de compras por parte de inversores asustados.
Grecia también seguía elevando su riesgo país hasta los 2.840 puntos tras abrir con 2.789 puntos, mientras que Italia y Portugal atemperaban los suyos, hasta los 443 puntos en el primer caso (6 menos que al inicio) y hasta 1.018 puntos en el segundo caso
De Guindos: "España ha hecho todo lo que está en su mano"
La crisis de Gobierno en Grecia y la posibilidad de que el país heleno abandone la moneda única, junto a los nuevos esfuerzos que deberá acometer el sistema financiero español por sus riesgos del 'ladrillo', han tensado el interés del bono español a diez años por encima del 6,49%.
La última vuelta de tuerca al sector financiero con el incremento de las provisiones obligatorias por importe de 30.000 millones de euros y la reafirmación de los objetivos de consolidación fiscal de España no parece haber convencido a los inversores.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, advirtió ayer de que el elevado nivel de la prima de riesgo de España no es sostenible y ha reclamado la ayuda de la eurozonapara frenar lo que considera el efecto del contagio de la crisis griega.
De Guindos eludió concretar si estaba pidiendo al Banco Central Europeo (BCE) quereanude sus compras de deuda española, reclamación generalizada entre responsables del sistema financiero español.
Con este panorama, el titular de Economía ha insistido en que el Gobierno español ha puesto en marcha todas las medidas que considera necesarias para estabilizar la economía española, no sólo porque es lo mejor para España, sino también "porque supone una aportación al conjunto de la zona euro".
En este sentido, De Guindos ha reiterado el compromiso total del Gobierno español decumplir el objetivo de reducir el déficit al 5,3% del PIB este año y al 3% el año que viene. "Creemos que existen posibilidades sin duda de alcanzarlo", ha sostenido.
A su juicio, la Comisión "no está teniendo en cuenta el cierre definitivo de los presupuestos de las comunidades autónomas" y por ello ha pronosticado que se incumplirán las metas.