Una de las promesas de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, fue aumentar el salario mínimo interprofesional (SMI) a la mayor brevedad posible para alcanzar el objetivo de elevarlo al 60% del salario medio español al final de la legislatura.
Sin embargo, la crisis del coronavirus y discrepancias con la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, frenaron esta iniciativa. Tras la recuperación de los puestos de empleos durante los últimos meses, el Gobierno confirmó su intención de elevar el SMI en septiembre. Díaz comenzó las negociaciones con patronal y sindicatos y estableció una subida del salario de entre 12 y 19 euros, aunque todavía no han conseguido cerrar un acuerdo.
Independientemente del diálogo social, el Ejecutivo aseguró que el SMI se subiría, con o sin acuerdo. La voz más crítica ha sido la de la patronal, especialmente de la mano de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), que aseguró que no iban a apoyar esta medida, teniendo en cuenta que la situación económica todavía es "delicada" y apuntó que no estaban en contra de aumentarlo, sino de hacerlo ahora "con la que está cayendo". El portavoz del empresariado esgrimía en 'La brújula' que esta decisión solo implicaría "el incremento del paro y de la economía sumergida".
En el banquillo de enfrente, la representación sindical calificaba esta subida de "insuficiente" y apostaba por mantener la mirada en fijar la senda para 2022 y su correspondiente aumento. Por su parte, "no solo no se destruiría empleo, sino que se crearían más puestos de trabajo y mejoraría el consumo en España".
Las empleadas precarias, los más beneficiados
Pero, frente a valoraciones de los diferentes agentes sociales, ¿quiénes serán los trabajadores beneficiados y perjudicados por la subida del SMI?
Según los cálculos del Ministerio de Trabajo, dicho incremento afectaría directamente a más de 1,5 millones de empleados que ahora mismo están cobrando 950 euros al mes mediante 14 pagas. Concretamente, se verán beneficiados todos aquellos trabajadores que no se rigen por ningún convenio colectivo.
El INE (Instituto Nacional de Estadística) recoge que en 2019 (último año del que se disponen datos), el 18,18% de empleados en España cobraba un sueldo igual o menor al SMI. Del total de personas que lo recibían, el 25,72% eran mujeres y el 11,12% hombres.
Empleadas del hogar y trabajadores del campo, los más perjudicados
Teniendo en cuenta los datos que ofrece el diario ABC, empleadas del hogar y trabajadores del campo serían los más perjudicados. Las primeras se han visto duramente castigadas por la pandemia, ya que sus cifras de cotización en la Seguridad Social está en su nivel más bajo desde 2012, 386.489 afiliadas en agosto. El coronavirus supuso que muchas familias decidieran prescindir de sus servicios o, en su defecto, que estén trabajando sin contrato.
El mismo medio de comunicación señala que los trabajadores agrarios no podrán hacer frente a la subida del SMI debido a que en el mes de agosto se han perdido 15.406 puestos de trabajo. El coronavirus y la crisis de los bajos precios de sus productos hacen insostenible, según relatan, hacerse cargo de este incremento salarial.
Subida de cuota para los autónomos
La subida del salario mínimo también afecta a los autónomos en forma de pago de cotizaciones sociales. Esta subida supone que un autónomo que pague cotizaciones sociales por la base mínima (944,40 euros al mes) pasará a pagar de 286 a 289 euros mensuales. Por otro lado, en la parte alta de la tabla de cotizaciones, un autónomo que tenga la base máxima (4.070,10 euros al mes) tendrá que abonar 12 euros más al mes a la Seguridad Social, pasando de 1.233 a 1.245 euros al mes.
