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Madrid | 07.10.2016 18:31
Juncker, en una intervención en el Instituto Jacques Delors de París junto al primer ministro francés, Manuel Valls, señaló que no hay que "perder las oportunidades que nos ofrece el comercio exterior", y puso como modelo el compromiso establecido entre la Unión Europea (UE) y Canadá que "es un buen acuerdo, el mejor que hemos concluido".
Constató que ahora son las negociaciones para un tratado de libre comercio con Estados Unidos (TTIP) las que centran la atención del público y aseguró que "Europa no va a arrodillarse ante los estadounidenses. No vamos a lanzar por la borda los principios que han hecho el éxito de Europa".
Pero a continuación, Juncker puntualizó que "no nos tenemos que cortar del resto del mundo", sobre todo teniendo en cuenta que cada 1.000 millones de euros que se suman al comercio exterior, se generan en Europa 14.000 puestos de trabajo.
Para ilustrar la importancia de los acuerdos bilaterales de libre comercio, se refirió al que la Unión Europea estableció con Corea del Sur, y a que los intercambios entre los dos bloques suponen 15.000 millones, lo que significa que ha permitido crear 200.000 empleos.
Por otro lado, Juncker lanzó un aviso en dirección de los países reticentes a aplicar el acuerdo de reparto de refugiados, y dijo que saltárselo sería "el comienzos del fin" de la Unión Europea.
"Si -argumentó- cada vez que un Estado miembro no está de acuerdo con una decisión organiza un referéndum para decir lo contrario de lo que establece la regla (...) no conseguiremos gestionar ni gobernar la Unión Europea".
Una referencia directa a Hungría, y al referéndum del pasado domingo convocado por su primer ministro, Viktor Orban, para el rechazo de la cuota de refugiados, que al final no consiguió el número de votantes requerido.