INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La inteligencia artificial devora energía

Alimentar esta tecnología equivale al consumo de la electricidad de un país como Suecia.

Patricia Gijón

Madrid | 23.02.2024 19:00

El consumo de energía relacionado con la Inteligencia Artificial se va a disparar en el futuro. El entrenamiento de estas herramientas de IA requiere alimentar los modelos con una gran cantidad de datos, un proceso que consume mucha energía. El reto de desplegar la inteligencia artificial es ambicioso y titánico.

Actualmente, los centros de datos consumen entre un 3 y un 4% de la energía de todo el mundo, pero en 2030 aumentará hasta el 25%. Un solo Data Center consume el equivalente a un rascacielos de 40 plantas. En 2027 el consumo mundial de electricidad relacionado con sistemas de IA aumentará entre 85 y 134 teravatios por hora (TWh) por año. La cantidad es comparable con el consumo anual de electricidad en Países Bajos, Argentina o Suecia según Digiconomist.

España va a necesitar capacidades adicionales de supercomputación muy superiores a las actuales, lo avisa ya el ministro de transformación digital Jose Luis Escrivá, si queremos tener una autonomía estratégica como país, para todos los nuevos desarrollos de IA Generativa que vendrán en los próximos años.

Los expertos creen que seremos capaces de afrontar este incremento del consumo, pero para ello tendremos que ser más eficientes. Beatriz Crisóstomo responsable global de innovación de Iberdrola, apuesta por algoritmos verdes que optimicen los procesos con menos pasos.

¿Será la energía más barata con la IA en el futuro?

La Inteligencia Artificial es una ventaja y una oportunidad para acelerar la descarbonización según el sector energético. Esta tecnología permitirá tener más energía renovable en el sistema, reduciendo los costes de producción y, por tanto, el precio de los productos finales, según Juan Manuel García, Director de Tecnología y Digitalización de Repsol.

Como conseguir mayor eficiencia energética con IA

Las energéticas apuestan por la IA para lograr eficiencia energética y la descarbonización de la economía. Entre sus aplicaciones destaca la monitorización remota que permite predecir fallos, reducir riesgos y situaciones de peligro. El uso de drones y robots ayuda a realizar inspecciones más rápidas y seguras, en entornos difíciles. Muchas herramientas se usan para explorar yacimientos de una manera más rentable, reduciendo tiempo de análisis. La automatización de procesos igualmente permite ahorrar costes.

En el ámbito de las operaciones industriales, se están construyendo nuevas plantas nativas digitales, para operar con biocombustibles e hidrógeno verde. En las estaciones de servicio, la IA ayuda a mejorar los vínculos con los clientes, personalizando la experiencia y optimizando precios.