Si piensas que recibir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) es simplemente una ayuda sin más condiciones, es hora de mirar la letra pequeña. Porque sí, esta prestación garantiza un colchón económico a quienes más lo necesitan, pero también trae consigo una cláusula que muchos pasan por alto: Hacienda quiere su parte del trato.
Cada año, miles de beneficiarios descubren con sorpresa (y a veces con susto) que están obligados a presentar la declaración de la Renta, aunque no hayan ingresado ni un euro más allá de la prestación. Y lo peor no es la obligación en sí, sino el desconocimiento: ¿Quién tiene que hacerlo? ¿Cómo se presenta? ¿Qué pasa si se olvida?
Desentrañamos el laberinto fiscal del IMV para que no te pille el toro… ni el fisco. Porque si hay algo que en Hacienda nunca pasa de moda es la frase: el desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento.
¿Qué es el Ingreso Mínimo Vital?
Con el inicio de la campaña de la renta 2024, prevista para arrancar el 2 de abril de 2025, surge una duda recurrente entre los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV): ¿deben presentar la declaración de la renta si han recibido esta ayuda durante el año? La respuesta es tajante: sí, es obligatorio.
El IMV, como prestación no contributiva de la Seguridad Social, tiene como objetivo prevenir la pobreza y la exclusión social de aquellos que carecen de los recursos económicos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Aunque esta ayuda está exenta de tributar por IRPF, su recepción no exime de la obligación de presentar la declaración de la renta.
En la mayoría de los casos, los beneficiarios del IMV encontrarán que la declaración será sencilla de cumplimentar. Si no se han percibido otros ingresos, el resultado será probablemente cero: ni tendrán que pagar impuestos ni recibirán devolución. Sin embargo, si la cuantía total del IMV supera los 12.600 euros anuales (1,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples - IPREM), se considerará un rendimiento del trabajo y, por lo tanto, se deberá tributar por esa parte.
Además, es importante destacar que si, junto al IMV, se perciben otras ayudas sociales, como la renta mínima de inserción o rentas garantizadas de comunidades autónomas o ayuntamientos, solo se deberá tributar por el exceso que supere los límites establecidos.
Otro aspecto relevante es que no solo el titular del IMV tiene la obligación de presentar la declaración. Todos los miembros de la unidad de convivencia, incluidos los menores de edad, también deben hacerlo. La Agencia Tributaria ha facilitado este proceso al incluir en el borrador los datos fiscales correspondientes a la parte proporcional del IMV que le corresponde a cada miembro de la unidad familiar, lo que simplifica la tarea de revisión y confirmación de la declaración.
En el caso de los progenitores, si están casados, lo más recomendable es que presenten una declaración conjunta con los hijos menores. Si no están casados, uno de los progenitores puede presentar la declaración conjunta, mientras que el otro deberá hacerlo de forma individual.
El incumplimiento de esta obligación, aunque no conlleve sanción inmediata, podría tener consecuencias graves si se repite durante dos años consecutivos, ya que la prestación del IMV podría ser retirada. Por ello, es esencial que todos los beneficiarios estén al tanto de esta obligación fiscal y presenten su declaración dentro de los plazos establecidos para evitar complicaciones.
Cómo presentar la declaración de la renta 2024 si recibes el Ingreso Mínimo Vital
Una de las grandes ventajas de la tecnología es la simplificación de trámites, entre los que se incluye la declaración de la Renta. La Agencia Tributaria ha desarrollado la plataforma RentaWEB, que permite a los contribuyentes realizar el proceso de forma sencilla y desde la comodidad de su hogar. Para los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital, este proceso también ha sido facilitado.
A través de RentaWEB, los datos fiscales de cada miembro de la unidad de convivencia se incluyen automáticamente en el borrador de la declaración. Esto significa que, en lugar de tener que introducir manualmente la cuantía del IMV, cada beneficiario podrá verificar los importes correspondientes a su parte proporcional. De esta forma, el proceso se reduce a una simple revisión y confirmación de la declaración. Si todo es correcto, basta con enviar el formulario, y si no, solo será necesario corregir lo que sea pertinente.
Si los ingresos percibidos por el IMV superan los 12.600 euros, será necesario tributar por esa parte. En este caso, la cantidad tributable también aparecerá en los datos fiscales y, al igual que el resto de la información, deberá ser confirmada por el contribuyente. A pesar de la simplicidad de este proceso, es fundamental tener en cuenta todas las deducciones que puedan aplicarse, ya que pueden influir en el resultado final de la declaración, ya sea a devolver o a ingresar.
La importancia de presentar la declaración correctamente: consecuencias de no hacerlo
El error más común entre los beneficiarios del IMV es pensar que, al no tributar por IRPF, no tienen la obligación de presentar la declaración. Sin embargo, como hemos señalado, la presentación es obligatoria. No cumplir con esta obligación podría llevar a sanciones, aunque el primer año no se aplique una multa, ya que no se considera una omisión intencionada. No obstante, si la falta de declaración se repite durante dos años consecutivos, los beneficiarios pueden perder la ayuda del IMV.
Es importante destacar que, incluso en situaciones en las que el resultado de la declaración sea cero, el proceso debe cumplirse. De esta manera, se garantiza que Hacienda tiene constancia de los ingresos y se evita cualquier inconveniente en el futuro.
Diez errores comunes a evitar en la declaración del IMV
Aunque el proceso de declarar el IMV sea relativamente sencillo, existen ciertos errores comunes que los beneficiarios deben evitar para no tener problemas con Hacienda:
- No declarar correctamente los ingresos adicionales: aunque el IMV está exento de tributar por IRPF, algunos contribuyentes reciben otras ayudas o rentas adicionales. Si estás recibiendo, por ejemplo, una renta mínima de inserción de tu comunidad autónoma o ayudas locales adicionales, debes asegurarte de declararlas correctamente. Olvidar incluir estos ingresos puede generar una discrepancia en tu declaración y resultar en una sanción por omisión de información.
- No revisar el borrador de la declaración: el borrador de la declaración de la renta es una herramienta útil, pero no siempre está completo o es exacto. A veces, el borrador no refleja todas las circunstancias personales o familiares del contribuyente. No basta con aceptarlo tal cual; es esencial revisar todos los datos fiscales, incluyendo la parte proporcional del IMV que aparece en el borrador, para asegurarse de que todo esté correcto.
- Confusión con los límites de exención: el IMV está exento de tributar por IRPF, pero solo hasta un cierto límite. Si el total de las ayudas supera los 12.600 euros en el año fiscal (equivalente a 1,5 veces el IPREM), ese exceso debe tributar como rendimientos del trabajo. Muchos contribuyentes no se dan cuenta de que, si superan esta cantidad, deben declarar y pagar por esa parte del IMV que excede el límite.
- No incluir a todos los miembros de la unidad de convivencia: una de las principales confusiones al declarar el IMV es pensar que solo la persona que recibe la ayuda debe presentar la declaración. Sin embargo, tanto el beneficiario como todos los miembros de la unidad de convivencia deben declarar, incluso si los ingresos del resto de la familia no superan el umbral de exención. Esto incluye a menores de edad, quienes deben presentar la declaración de forma individual o conjunta con sus padres.
- No aprovechar las deducciones autonómicas: cada comunidad autónoma ofrece deducciones fiscales que pueden variar dependiendo de la región. Muchos contribuyentes se olvidan de verificar si son beneficiarios de deducciones autonómicas específicas para personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social. Asegúrate de revisar todas las deducciones disponibles en tu comunidad para maximizar el ahorro fiscal.
- Confusión con las deducciones por discapacidad o por familia numerosa: aunque el IMV no da derecho automáticamente a las deducciones por discapacidad o familia numerosa, muchos contribuyentes no se dan cuenta de que, si tienen algún miembro con discapacidad o son parte de una familia numerosa, podrían aplicar estas deducciones en su declaración de la renta. No olvides revisar si eres elegible para estos beneficios fiscales adicionales.
- No presentar la declaración a tiempo: un error muy común es presentar la declaración de forma tardía. Si bien la fecha límite varía cada año, es importante tener en cuenta que los plazos son estrictos. Si se presenta la declaración fuera de plazo, no solo podrías perder la oportunidad de recibir una devolución, sino que también podrías enfrentarte a sanciones o intereses por retraso.
- No tener en cuenta los cambios en la normativa fiscal: las leyes fiscales pueden cambiar cada año, y los beneficiarios del IMV deben estar al tanto de las modificaciones que puedan afectar su declaración. Por ejemplo, un cambio en el límite exento de IRPF o en las deducciones disponibles podría influir directamente en el resultado de tu declaración. No estar al día con estos cambios podría ser un error costoso.
- No guardar los justificantes de los ingresos y gastos: aunque en muchos casos no se necesiten justificantes al presentar la declaración del IMV, siempre es recomendable tener un registro completo de tus ingresos y cualquier otro documento relevante (como recibos de ayudas adicionales o deducciones por discapacidad). Si Hacienda te solicita documentación adicional, tendrás que poder demostrar los datos declarados.
- No consultar con un asesor fiscal: a veces, los contribuyentes se sienten cómodos haciendo su declaración por sí mismos, pero si tienes dudas o tu situación fiscal es compleja (por ejemplo, si eres parte de una unidad de convivencia con varios miembros o si percibes otras ayudas), consultar con un asesor fiscal puede ayudarte a evitar errores y aprovechar al máximo las deducciones disponibles.

