El Estado español es uno de los grandes propietarios de la bolsa española. Sus participaciones accionariales en el mercado de renta variable suman los 25.000 millones de euros. Con la compra del 10% del capital de Telefónica, por algo más de 2.000 millones de euros, el Estado contará con unos 23.000 millones de euros solo en el Ibex 35.
El Estado, a través de la SEPI controla casi el 28% del capital de Indra, por un valor de 700 millones de euros. Domina el 20% de Redeia, la matriz de Red Eléctrica. Este paquete está valorado en más de 1.600 millones de euros, el 5% de Enagás y el 2,5% de la aerolínea IAG. Cada una de estas participaciones representan más de 200 millones de euros. A esto hay que añadir las acciones que el Estado mantiene en Caixabank, el 16% del capital, títulos provenientes del rescate de Bankia y tras fusionarse esta entidad con el banco de origen catalán. Este 16% del capital vale 4.500 millones.
La inversión pública más cuantiosa en bolsa se encuentra en el negocio aeroportuario. El organismo estatal Enaire es dueño del 51% de Aena, dueño de la red de aeropuertos españoles y con intereses internacionales en instalaciones similares. Esta participación está valorada en casi 13.600 millones de euros. Más allá del Ibex, pero también en bolsa, el Estado es el dueño de algo más del 4% del constructor de aviones Airbus y controla más del 10% de la compañía agroindustrial Ebro Foods.
Más allá de la bolsa, el conglomerado empresarial del Estado se extiende desde los hoteles de lujo, con Paradores, a la construcción de barcos con los astilleros de Navantia o a los satélites con Hispasat, que ahora estrena nuevo presidente, el astronauta y exministro Pedro Duque. Por medio destacan otras sociedades, como la Agencia EFE, la cuarta del mundo, RTVE, Enresa, la empresa de gestión de residuos, Tragsa, Mercasa, Correos o, incluso, el Hipódromo de la Zarzuela.
