ENERGIA

España, ante la prórroga de la energía nuclear

Las eléctricas españolas plantearán este mes, oficialmente al Gobierno, un plan para ampliar la vida útil de las centrales nucleares.

Patricia Gijón

Madrid |

Iberdrola, Endesa y Naturgy darán el primer paso este mes. Las propietarias de Almaraz se han puesto de acuerdo, como avanzaba hace unos días el consejero delegado de Endesa, José Bogas, para presentar a mediados de junio una propuesta para extender la vida útil de las centrales nucleares. En concreto, la de Cáceres, cuyo cierre comenzaría en 2027 y que podría extenderse tres años más de lo acordado, hasta 2030.

Un gesto de las eléctricas que les permitiría abrir la negociación con Gobierno y plantear su situación fiscal, con altos impuestos que consideran abusivos frente a otras tecnológicas. Algo a lo que el ejecutivo no se compromete. La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, sí se han mostrado abierta a estudiar la petición de las compañías titulares de Almaraz, siempre que no suponga un coste adicional para los consumidores y se cumplan todas las medidas de seguridad. Las compañías tienen previsto abordar, en su encuentro de este mes, los fondos necesarios para la extensión de la vida útil de Almaraz, que calculan estarían entre 15 y 20 millones de euros.

Mapa del cierre nuclear en España

El calendario de cierre se está jugando este mes pendiente de decisiones sobre su futuro. El cierre de Almaraz podría tener un efecto contagio sobre el resto de centrales nucleares que hay en España. Si no hay marcha atrás, el protocolo de cierre acordado en 2019 se aplicaría a los siete reactores nucleares que hay en la actualidad en nuestro país. "Sería un cierre escalonado", según explica en Onda Cero Marcos Rupérez, profesor de OBS Business School, se cierran uno al año, pero poco a poco se irían cerrando todos".

Almaraz tendría que cerrar su primer reactor en 2027, después de 45 años de funcionamiento, un año después le tocaría al segundo. En Cataluña, el cierre de los dos reactores de Ascó estaría previsto para 2030 y 31 y el de Vandellòs en 2030, prorrogable cuatro años más. El turno de Cofrentes, en Valencia, sería en 2030, y el de Trillo, en Guadalajara, sería el último en desenchufarse.

El debate nuclear está de vuelta

La crisis energética, la guerra en Ucrania, la perdida del gas ruso o el crecimiento imparable de los centros de datos con la Inteligencia Artificial impulsan un replanteamiento de la utilización de la energía nuclear." La apuesta de distintos países europeos por las nucleares, pasa por una mayor electrificación de la demanda, de los consumos industriales" como explica en Onda Cero Ramón Roca, director del periódico de la Energía." Europa se quiere desenganchar del gas ruso y una de sus preocupaciones es tratar de obtener una energía eléctrica que sea más barata y descarbonizada, como es la nuclear".

En la UE, 13 de los 27 estados tienen centrales nucleares. Casi un tercio de la electricidad que se consume en Europa es de origen nuclear. Austria, Dinamarca, Luxemburgo o Portugal se oponen a esta energía. Polonia, Países Bajos y Suecia anuncian más inversiones.

En Francia, cerca del 70% de la energía eléctrica viene de la nuclear. Lejos de cerrar sus 56 reactores distribuidos en 18 centrales, el presidente Manuel Macron apuesta por construir más. Alemania, que cerró sus últimas plantas de 2023 apostado por las renovables, pero también por el carbón y el gas, empieza a cambiar de rumbo. Su canciller Friedrich Merz, nada más ganar las elecciones en febrero de 2025, proponía ya una moratoria sobre el desmantelamiento. Bélgica ha recibido la autorización de la CE para extender la vida útil de sus dos centrales nucleares, cuando el gobierno británico se plantea la construcción de los nuevos reactores nucleares modulares.

El coste de cerrar las nucleares

Los argumentos a favor de las nucleares pasan por defender una energía competitiva, que da estabilidad al sistema y que frena las emisiones contaminantes. El presidente del Foro Nuclear, Ignacio Araluce subraya que el cierre supondría un incremento de la factura de la luz de hasta el 35%. Tecnológicamente, los expertos ven posible prorrogar la vida útil hasta los 60 u 80 años, como ocurre en Estados Unidos. Otra cosa es la seguridad, el coste y el peligro de almacenar los residuos radioactivos, que puede llevar miles de años en algunos casos. En España se añade el problema de no contar con un almacén centralizado de residuos.

Desmantelar un reactor supone tiempo y dinero, según explica en Onda Cero Marcos Rupérez, profesor de OBS Business School:"cerrar un reactor puede costar cerca de 500 millones de euros, y puede llevar hasta diez años.Son unos plazos enormes en los que hay que seguir gastando dinero."