De Guindos reconoce la distancia que separa al gobierno griego de los demás socios de la zona euro, pero cree que es posible el acercamiento si se dan los pasos adecuados. Asegura que España tiene una actitud constructiva y que intentará evitar el fracaso, aunque, dice, la línea roja sigue siendo la devolución de la deuda porque el gobierno griego no es el único que tiene un mandato de su pueblo.