Con el fin de evitar fraudes, Hacienda ha endurecido en los últimos años las medidas para controlar los movimientos bancarios que impliquen importantes cantidades de dinero en efectivo.
Si se realiza un movimiento superior a 1.000 euros en efectivo, la sucursal bancaria identificará obligatoriamente esta transacción. En el caso de que la cifra sea superior a 3.000 euros, el banco está obligado a comunicar directamente la operación a Hacienda.
También hay que tener en cuenta que no se pueden hacer pagos en efectivo superiores a 1.000 euros en caso de transacciones comerciales. Incumplir la norma podría conllevar una multa del 25% de la cuantía pagada.
En el caso de cantidades mayores, superiores a 10.000 euros en efectivo, ya sea a nivel nacional o internacional, es de obligado cumplimiento declarar el movimiento mediante el formulario S1.
Tipos de sanciones
Generalmente, existen tres tipos: leves, graves y muy graves. En el caso de las sanciones leves, el recargo sobre la cifra no justificada suele ser hasta un 50% para movimientos inferiores a 3.000 euros.
Si se trata de sanciones graves, el recargo se mueve en una horquilla de entre el 50% y el 100% sobre la cifra no justificada. Para sanciones muy graves, como ocultación o fraudes fiscales, el recargo puede ascender hasta un 150%.
El incumplimiento de la normativa podría acarrear multas de hasta 150.000 euros en los casos más graves.
Qué hacer para evitar ser sancionado
Además de tener en cuenta la normativa vigente de la Agencia Tributaria para los movimientos de dinero en efectivo, hay algunos consejos que pueden ser útiles para evitar sanciones:
- Emplear las transferencias bancarias para grandes movimientos.
- En caso de duda, consultar a un asesor fiscal.
- Si la cuantía es superior a 100.000 euros, se debe presentar el modelo S1.
- Tener a mano las facturas, recibos o justificantes que demuestren explícitamente el destino y origen del dinero en efectivo.

