El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica o más conocido como Impuesto de Circulación, es una tasa que deben de pagar todos los conductores que cuenten con un vehículo a motor. Esta norma de la Dirección General de Tráfico (DGT) permite que todos los vehículos circulen por todas las vías públicas del país.
Asimismo, establece un plazo para abonarlo y una sanción en el caso de no hacerlo.
Características
El impuesto se debe pagar en el municipio donde el vehículo tenga su dirección fiscal a 1 de enero del año en cuestión. Además, este municipio debe coincidir con el que esté empadronado el propietario del transporte. "Se paga una vez al año, por lo general, en el período voluntario que va desde el 1 de abril al 30 de junio", señala el RACE.
El coste del impuesto varía en función de la antigüedad del vehículo y del municipio de residencia, y esta cuantía deberá ser abonada por el titular del automóvil.
Además, la DGT destaca que "si te has mudado de municipio, es importante que solicites el cambio de domicilio fiscal de tus vehículos en el plazo de 15 días para que queden registrados en tu nuevo municipio".
Multa por no pagarlo
No existe una multa concreta por no pagar el Impuesto. Sin embargo, si se acumulan las deudas pertinentes a la tasa y superan los 500 euros, se procedería al embargamiento del vehículo por parte del Ayuntamiento de la localidad pertinente.
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Asimismo, no se podría vender el vehículo, dado que es necesario tener el recibo del pago del impuesto.