RENTA 2024

Cuándo merece la pena hacer la declaración de la Renta en pareja: así podrás ahorrar más dinero

¿Unidos en el amor, pero separados en la Renta? Descubre cuándo hacer la declaración conjunta o individual puede marcar la diferencia y sacarle el máximo partido a tus impuestos. ¿La clave? Saber cuándo sumar fuerzas y cuándo separar caminos para ahorrar más.

Guía para presentar la declaración de la Renta 2024: descargar el borrador, quién está obligado, a pagar o devolver, deducciones...

Quién está obligado a presentar la Renta 2024: este es el límite de ingresos

Miriam Méndez

Madrid |

Tributación conjunta o individual: cuándo conviene más presentar la Renta en pareja
Tributación conjunta o individual: cuándo conviene más presentar la Renta en pareja | Pixabay

¿Tributar juntos o por separado? Puede parecer una decisión menor, pero lo cierto es que la elección entre la tributación conjunta e individual puede marcar una gran diferencia en lo que terminarás pagando o recibiendo. Cada opción tiene sus pros y sus contras, y depende de factores como los ingresos de cada uno, las deducciones aplicables y hasta las cargas familiares.

¿Qué es la declaración de la renta conjunta?

La declaración de la renta conjunta es un procedimiento fiscal en el que los miembros de una unidad familiar, principalmente los cónyuges, agrupan sus ingresos y presentan una única declaración de la renta ante la Agencia Tributaria. Este sistema permite que los dos miembros de la pareja sumen sus ingresos para calcular su base imponible total, lo que puede resultar en ventajas fiscales dependiendo de la situación económica y familiar de la pareja.

A diferencia de la declaración individual, donde cada persona presenta su renta de manera separada, la declaración conjunta se presenta como un solo bloque, lo que implica que ambos cónyuges tributen bajo una única base imponible. En este sentido, la tributación conjunta no solo afecta la forma en que se calculan los impuestos, sino que también ofrece la posibilidad de aplicar deducciones y reducciones específicas que pueden reducir el montante de la deuda tributaria.

Una de las principales ventajas de la declaración conjunta es la reducción por unidad familiar. Esta reducción aplica un descuento en la base imponible de los cónyuges, y puede llegar a suponer un ahorro significativo dependiendo de los ingresos familiares. Además, los contribuyentes pueden beneficiarse de otras reducciones relacionadas con los hijos menores de edad o aquellos mayores de edad incapacitados judicialmente, lo que favorece a las familias con hijos dependientes o necesidades especiales.

Aunque la tributación conjunta tiene sus ventajas, no todos los casos se benefician de esta modalidad. De hecho, existen situaciones en las que presentar la renta de manera conjunta no resulta beneficioso y, en cambio, es más recomendable optar por la declaración individual.

Por ejemplo, cuando ambos miembros de la pareja tienen ingresos similares o elevados, la opción de declaración individual puede resultar más rentable. En estos casos, cada cónyuge podrá aplicar su reducción personal por separado, lo que puede generar una reducción mayor en la base imponible global y, por lo tanto, un menor IRPF a pagar.

Por tanto, la declaración conjunta no es una opción universalmente ventajosa, y es fundamental evaluar la situación fiscal particular de cada pareja antes de tomar una decisión. Para ello, la Agencia Tributaria facilita una herramienta de simulación, Renta WEB, que permite comparar las ventajas de hacer la declaración conjunta frente a la individual y elegir la opción más beneficiosa.

¿Quién puede presentar la declaración conjunta?

En el sistema fiscal español, la posibilidad de presentar la declaración conjunta está restringida a ciertas circunstancias y a ciertos grupos de contribuyentes. En primer lugar, solo las parejas casadas legalmente pueden optar por esta modalidad de tributación. Esto incluye tanto a parejas heterosexuales como homosexuales, siempre que hayan formalizado su matrimonio ante la autoridad competente, ya sea mediante una ceremonia civil o religiosa, pero siempre con el respaldo legal del registro civil. Este requisito excluye a las parejas de hecho, es decir, aquellas que conviven sin haber contraído matrimonio formal, las cuales no tienen derecho a presentar su declaración de manera conjunta, independientemente de cuántos años lleven viviendo juntas o si tienen hijos en común.

La unidad familiar es otro factor crucial para la tributación conjunta. Las parejas casadas, con o sin hijos, pueden optar por la declaración conjunta, siempre y cuando los hijos sean menores de edad o estén incapacitados judicialmente. En estos casos, se entiende que los ingresos de ambos padres se agrupan para la tributación, y el beneficio fiscal de la declaración conjunta puede ser significativo, sobre todo si los progenitores tienen ingresos dispares o si uno de ellos no trabaja.

En el caso de los progenitores separados o divorciados, la situación es algo más compleja. Solo el progenitor que ostenta la custodia de los hijos tiene derecho a presentar la declaración conjunta. Esto es, el progenitor que resida con los hijos y asuma su cuidado y manutención. En el caso de que la custodia compartida sea la modalidad vigente, ambos progenitores tienen la opción de presentar la declaración conjunta, pero en este caso solo uno de los dos podrá hacerlo. El otro progenitor deberá presentar su declaración de forma individual.

Este aspecto es importante porque la legislación fiscal establece que, aunque ambos progenitores tengan la custodia compartida, solo uno podrá aprovechar las ventajas fiscales que supone la declaración conjunta, mientras que el otro deberá realizar su declaración de manera independiente, lo que podría afectar a la deducción por hijos o la reducción por unidad familiar, dependiendo de la renta global de cada uno.

Reducciones fiscales en la declaración conjunta

Una de las ventajas más significativas de optar por la declaración conjunta en el sistema fiscal español es la posibilidad de beneficiarse de diversas reducciones fiscales que pueden resultar en una notable disminución de la base imponible y, por ende, del monto total a pagar por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Estas reducciones no solo alivian la carga tributaria, sino que también pueden ofrecer un ahorro considerable en el pago final de los impuestos, especialmente cuando uno de los miembros de la unidad familiar tiene ingresos reducidos o incluso nulos.

En primer lugar, todas las personas que presenten la declaración de la renta, ya sea de forma individual o conjunta, pueden beneficiarse de una reducción mínima personal. Esta reducción es de 5.500 euros anuales, aplicable a la base imponible de cada miembro de la unidad familiar. Es decir, independientemente de que se opte por presentar la declaración de forma conjunta o individual, este mínimo se aplica a todos los contribuyentes, lo que garantiza una reducción de la base imponible antes de calcular el importe final del IRPF.

Sin embargo, lo que realmente marca la diferencia en la declaración conjunta son las reducciones adicionales que se aplican a la unidad familiar. En el caso de las parejas casadas o no separadas legalmente, la unidad familiar puede beneficiarse de una reducción adicional de 3.400 euros. Esta reducción se aplica cuando el matrimonio o la pareja tiene hijos menores de edad o hijos mayores de edad incapacitados judicialmente que vivan con ellos.

Por otro lado, las familias monoparentales, aquellas en las que un solo progenitor es el responsable del cuidado de los hijos, tienen derecho a una reducción de 2.150 euros. Esta reducción se concede en el caso de que el progenitor sea soltero, viudo o separado legalmente y tenga hijos menores de edad o hijos incapacitados judicialmente bajo su cuidado. Es importante destacar que esta reducción no se aplica si el progenitor conviviera con el otro progenitor de los hijos, en cuyo caso se consideraría que la unidad familiar tiene ambos responsables fiscales.

¿Cuándo conviene hacer la declaración conjunta?

La declaración conjunta puede ser la opción más beneficiosa en determinadas circunstancias fiscales y familiares, ya que permite a las parejas y unidades familiares aprovechar reducciones fiscales significativas que disminuyen la base imponible y, en consecuencia, el monto final de IRPF a pagar. Sin embargo, para determinar cuándo es más ventajoso elegir este tipo de tributación, es necesario considerar los ingresos de los miembros de la unidad familiar y su situación laboral.

Una de las situaciones en las que la declaración conjunta resulta claramente más ventajosa es cuando uno de los miembros de la pareja no trabaja. En este caso, al existir únicamente un salario en el hogar, se pueden aplicar tanto el mínimo personal de 5.500 euros como la reducción por unidad familiar de 3.400 euros, lo que se traduce en una reducción total de 8.900 euros sobre la base imponible. Esta reducción tiene un impacto directo en el monto final de IRPF a pagar, lo que puede suponer un ahorro significativo.

Por ejemplo, imaginemos que Maite y Julio están casados, pero Julito no trabaja. Maite percibe 26.000 euros brutos anuales. Si optan por presentar la declaración conjunta, a los 26.000 euros se le restan las reducciones de 8.900 euros (5.500 euros de mínimo personal y 3.400 euros por unidad familiar). Como resultado, la base imponible para la tributación sería de 17.100 euros, lo que supone una notable reducción de los impuestos a pagar en comparación con la declaración individual. Esta opción es especialmente útil cuando uno de los miembros no tiene ingresos o tiene ingresos muy bajos, ya que maximiza las reducciones fiscales disponibles.

Otra situación en la que la declaración conjunta puede ser ventajosa es cuando uno de los miembros de la pareja tiene un sueldo bajo o incluso no llega al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En este caso, aunque la persona con un sueldo bajo no esté obligada a presentar la declaración de forma individual, hacerla conjunta con su pareja puede permitirle beneficiarse de las reducciones fiscales, como el mínimo personal y la reducción por unidad familiar. Esta combinación de reducciones puede disminuir considerablemente la base imponible, lo que resulta en un IRPF menor.

Por ejemplo, supongamos que uno de los miembros de la pareja gana muy por debajo del SMI y, por lo tanto, no estaría obligado a presentar la declaración de forma individual. Sin embargo, al hacer la declaración conjunta, esa persona puede beneficiarse de la reducción de 5.500 euros correspondiente al mínimo personal, además de la reducción de 3.400 euros por unidad familiar. Esto permitiría reducir significativamente la base imponible total, lo que, en última instancia, se traduce en una disminución considerable de la cantidad de impuestos a pagar.

¿Cuándo no es recomendable hacer la declaración conjunta?

A pesar de las ventajas, no siempre conviene optar por la tributación conjunta. En los siguientes casos, puede ser más beneficioso optar por la declaración individual:

En primer lugar, si ambos miembros de la pareja tienen ingresos relativamente altos, la opción de hacer la declaración conjunta puede no ser la más ventajosa. Esto se debe a que, al presentar la declaración conjunta, solo se puede aplicar una única reducción del mínimo personal de 5.500 euros, independientemente de que ambos cónyuges tengan ingresos.

Por el contrario, si cada uno presenta su declaración de forma individual, cada uno de los miembros podrá aplicar su propia reducción del mínimo personal de 5.500 euros, lo que resulta en una reducción total de 11.000 euros (5.500 euros por cada uno), frente a los 5.500 euros aplicados si se opta por la tributación conjunta.

En este caso, hacer la declaración conjunta podría suponer una reducción fiscal menor, ya que solo se beneficiaría un miembro de la pareja de la reducción personal, mientras que con la declaración individual ambos podrían aprovechar esta deducción de forma completa.

En segundo lugar, una de las situaciones más comunes en las que es más recomendable hacer la declaración individual es cuando los cónyuges tienen una hipoteca sobre una vivienda adquirida antes de 2013. Las deducciones por adquisición de vivienda habitual se aplican de forma individual, es decir, cada miembro de la pareja puede deducir su parte correspondiente de la hipoteca. Sin embargo, si se presenta la declaración conjunta, solo se podrá aplicar una deducción por la hipoteca, aunque ambos cónyuges estén pagando la cuota. Esto limita las deducciones fiscales que cada uno podría recibir si decidieran presentar sus declaraciones de forma individual.

Por ejemplo, imaginemos que Ramona y Luis tienen una hipoteca sobre una vivienda adquirida en 2008. A lo largo del año, ambos pagan una cuota mensual que suma un total de 10.800 euros anuales. Si presentan la declaración conjunta, solo podrán deducir un máximo de 1.356 euros, ya que la deducción por hipoteca está limitada a 9.040 euros.

Client Challenge

Sin embargo, si ambos presentan sus declaraciones de forma individual, cada uno podría aplicar su parte de la deducción, maximizando su beneficio fiscal y, en este caso, obteniendo el doble de deducción por la hipoteca. En esta situación, presentar la declaración conjunta podría resultar en un ahorro fiscal menor, por lo que sería más beneficioso optar por la tributación individual.