Durante los meses de verano, los más de nueve millones de pensionistas que hay en España esperan con atención una fecha que para muchos es decisiva: el día en que la pensión se ingresa en sus cuentas bancarias. Aunque este proceso es rutinario y se repite mensualmente, julio y agosto tienen unas particularidades que convierten el calendario de cobro en un tema de especial relevancia.
El volumen económico en juego es inmenso -más de 13.000 millones de euros cada mes- y cualquier pequeño ajuste en el calendario, un festivo local o una decisión de los bancos sobre anticipos, puede suponer una diferencia tangible para quienes dependen de este ingreso para sus gastos ordinarios, para afrontar el verano o incluso para planear unas pequeñas vacaciones.
Más de 10 millones de pensiones pagadas
Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en España se abonan más de 10,3 millones de pensiones cada mes, de las cuales alrededor de 9,2 millones corresponden a pensiones contributivas, es decir, jubilación, viudedad, incapacidad, entre otras, y el resto, a pensiones no contributivas y otras prestaciones asistenciales. La nómina mensual de las pensiones contributivas supera los 12.600 millones de euros. Si se suman las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital, la cifra asciende a más de 13.200 millones cada mes. En junio, esta cifra se duplicó con la esperada paga extraordinaria de verano, elevando la partida total a más de 26.400 millones de euros solo en ese mes.
La pensión media contributiva se situó en junio de 2025 en 1.254 euros mensuales, mientras que la pensión media del sistema (que incluye todas las modalidades) fue de unos 1.144 euros. Por su parte, las pensiones no contributivas, dirigidas a quienes no han cotizado lo suficiente para acceder a una contributiva, alcanzaron los 7.905,80 euros anuales, tras la revalorización aplicada en enero (un 6 % para mínimas y hasta un 9 % para no contributivas e IMV). Esta revalorización, junto con las pagas extra, hace del verano un punto álgido en el flujo de pagos del sistema público de pensiones.
La fecha oficial: del día 1 al 4 de cada mes
El calendario oficial de pagos de la Seguridad Social es claro: las pensiones se abonan a mes vencido, es decir, el pago correspondiente a julio se efectúa entre los días 1 y 4 de agosto, y el de agosto entre el 1 y el 4 de septiembre. Sin embargo, en la práctica, este calendario apenas lo perciben los pensionistas.
La mayoría recibe sus pensiones días antes, gracias al anticipo que ofrecen las entidades bancarias, una práctica que se ha generalizado en los últimos años como parte de la estrategia de fidelización de los bancos. Esta práctica no es obligatoria ni está regulada por el Estado: es una decisión voluntaria de cada entidad financiera, que asume el anticipo sabiendo que el ingreso oficial llegará días después.
La pugna bancaria por adelantar el pago
En la actualidad, casi todos los grandes bancos del país ofrecen adelantos en el pago de las pensiones. La lógica es comercial: quien adelanta el ingreso atrae y mantiene clientes mayores, que suelen ser más fieles y utilizan con regularidad productos financieros asociados a la cuenta de pensión. Así, bancos como Bankinter, EVO Banco, CaixaBank, Santander, BBVA, ING, Sabadell, Ibercaja, Abanca, Kutxabank, Laboral Kutxa, Cajamar o Unicaja han establecido políticas claras y sostenidas de anticipo, convirtiéndose en actores fundamentales de esta coreografía mensual.
En julio de 2025, Bankinter y EVO Banco serán los primeros en abonar las pensiones, el día 23. Unicaja también ha elegido esa fecha. Un día después, el 24, se sumarán CaixaBank, Santander y Sabadell. El 25 será el turno de BBVA, ING, Ibercaja, Cajamar y otras entidades, como Kutxabank y Laboral Kutxa. Pero estas dos últimas, al tener su sede en comunidades autónomas donde el 25 de julio, Día de Santiago Apóstol, es festivo (Galicia y País Vasco), trasladarán el pago al siguiente día laborable, el lunes 28 de julio.
Abanca, por su parte, hará lo mismo. Esta diferencia aparentemente menor implicará que miles de pensionistas en esas comunidades tengan que esperar tres días más que el resto de España para recibir su pensión, algo que para muchos representa una dificultad en la planificación de pagos como hipotecas, luz o incluso compras básicas.
En agosto, la situación se repite con matices. Bankinter ha sido, por ahora, la única entidad que ha confirmado el anticipo: pagará el día 21 de agosto. Aunque otras entidades no han hecho pública su fecha concreta, siguiendo patrones de años anteriores, lo habitual es que se abonen entre el 23 y el 25 de agosto, anticipándose al calendario oficial del 1 al 4 de septiembre. El calendario de festivos de agosto no incluye, esta vez, ningún festivo autonómico que altere estos plazos como sí ocurrió en julio.
El efecto de la paga extraordinaria de verano
Junio es, sin duda, el mes estrella para los pensionistas, ya que se cobra la paga extraordinaria de verano. Esta paga, que equivale a una mensualidad completa, se suma al ingreso habitual, y suele ser esperada con gran expectación por millones de familias. En 2025, la paga extra fue ingresada junto a la pensión de junio entre el 21 y el 25 del mes, dependiendo del banco. Esta inyección de liquidez resulta crucial para afrontar los gastos propios del verano: viajes, ayuda a familiares, alimentación, sanidad privada, reformas del hogar o, sencillamente, hacer frente al aumento del coste de la vida. La subida de las temperaturas, que incrementa el consumo eléctrico por el uso de aire acondicionado, y los gastos escolares de septiembre, hacen que esta paga extra se gestione cada vez con más prudencia.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Fundación Edad&Vida, muchos pensionistas reparten mentalmente la paga extra en tres tramos: julio, agosto y parte de septiembre. De este modo, pueden equilibrar su presupuesto en un periodo donde, a menudo, se producen más gastos y menos ingresos complementarios. En contextos de inflación como el actual, esta planificación se vuelve esencial.
Por lo tanto, aunque para muchos resulte una rutina, el calendario del cobro de pensiones en verano es una pieza fundamental del sistema financiero y social español. Más allá del tecnicismo contable, es un asunto de dignidad, de previsibilidad y de confianza. Cada decisión -un anticipo bancario, un festivo regional, una notificación móvil- impacta de forma directa en la vida de más de nueve millones de personas.
En los próximos años, con el envejecimiento progresivo de la población y los cambios en el sistema de pensiones, esta fecha seguirá siendo clave. Y lo que a veces se percibe como un simple apunte bancario, seguirá marcando el pulso vital de buena parte del país.

