De este resultado, 353 millones corresponden a la actividad de CaixaBank, cifra que supone casi un 30 % más que en el ejercicio anterior, mientras que 50 millones los ha aportado BPI, ha informado la entidad catalana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La incorporación del banco portugués ha impulsado el crecimiento del margen de intereses de CaixaBank, que se ha situado a cierre del trimestre en 1.153 millones, un 13 % más, en tanto que los ingresos por comisiones han crecido un 20,3 %, hasta 588 millones.
Por contra, el margen bruto se ha reducido un 1,5 %, situándose en 1.893 millones, y el de explotación ha caído un 13,8 %, hasta 792 millones, debido principalmente a la menor generación de ingresos derivados de activos financieros y a la cartera de participadas, que contempla la venta del 2 % del capital de BPI en BFA. Los recursos totales de clientes del grupo se han situado en 338.053 millones, con un aumento del 11,2 % en 2017 gracias a BPI, mientras que los créditos brutos han aumentado a 227.934 millones, un 11,3 % más.
Sin considerar la aportación de BPI, tanto el total de la cartera como la cartera sana de CaixaBank se han mantenido estables. La evolución por segmentos presenta indicadores positivos en el crecimiento de la nueva producción del crédito para la adquisición de vivienda (+11,5 %), para empresas (+46,9 %) y al consumo (+32 %).
Estos resultados, comenta la entidad, compensan el desapalancamiento en otras finalidades de particulares y el reducido peso de la financiación a promotores sobre la cartera de crédito, que se ha situado en el 3,9 % a 31 de marzo. Dentro de la actividad comercial también destaca el fuerte crecimiento del negocio de seguros y gestión de activos, según el grupo que preside Jordi Gual.