El cliente contrató una hipoteca en 2006 ligada al líbor para francos suizos a un mes, precio al que se prestan francos suizos por los bancos en Londres, más un diferencial de 0,5 puntos porcentuales.
Como esta referencia ha caído al -0,8%, el interés que debe pagar el cliente es negativo, por lo que le están deduciendo parte del principal que debe.
Suiza, incapaz de poder mantener el techo que imponía a su divisa frente al euro, ha tenido que embarcarse en otro tipo de políticas extraordinarias para controlar la subida del franco, como los tipos negativos en los depósitos. Es decir, cobrar a la banca por aparcar su dinero en el Banco Central.
Estos tipos negativos se han trasladado al mercado en general y al interbancario en particular, provocando anomalías en el sistema financiero como la que ha afectado a Bankinter.