Marcos Ana, que había ingresado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid en estado grave, era uno de los últimos supervivientes que más tiempo cumplieron condena en las cárceles de Franco (23 años). Fue encarcelado en 1939 y condenado a muerte cuando sólo tenía 18 años.
En prisión empezó a escribir sus poemas y el pasado año publicó su última obra, "Vale la pena luchar", en la que alentaba a los jóvenes a seguir perseverando por un mundo mas justo.