Desde joven, Miguel Hernández mostró no sólo una insaciable por la poesía clásica, sino también una sensibilidad especial para ser él mismo quien la compusiera. A partir de 1930, a la edad de 20 años, empezó a publicar pequeñas poesías cortas en revistas como El pueblo de Orihuela o El Día de Alicante.
Amplió sus horizontes hasta Madrid, donde se metió de lleno en el movimiento poético de la época. Continuó en colaboraciones en distintas revistas y escribió distintas obras, como 'Perito en Lunas', 'El silbo vulnerable', 'Imagen de tu huella' o 'El rayo que no cesa'.
Años después estalló la Guerra Civil, en la que Miguel tomó parte activa: incluso tuvo que abandonar el país al finalizar el conflicto, pero fue descubierto en la frontera con Portugal, donde fue detenido y sentenciado a pena de muerte.
La tuberculosis acabó con la vida del poeta el 28 de marzo de 1942 en una fría prisión de Alicante.
Con motivo del 109 aniversario de su nacimiento, muchos usuarios e instituciones han recordado al poeta, así como a muchos de sus poemas.