La cafetería, dónde la comida parece tener intención de aumentar pacientes o el camisón, aquella suerte de bata previo paso a la mesa de operaciones que no lleva libro de instrucciones, son algunos episodios que enfermeros y enfermos tienen que experimentar, y si pueden sortear, para tratar de salir indemnes.
Su autor, Héctor Castiñeira, dedide abandonar el anonimato en el que se había recogido en su primer libro para tratar de legitimar la ácida descripción que hace de la enfermería, su profesión en la vida real. El tiempo entre suturas es a su vez un antídoto al desencanto que puede haber experimentado un sector que tampoco ha escapado a la crisis económica pero que ha sido capaz de recibirla con la moral muy alta.