Una radiografía espiritual a través de lo cotidiano
La Fundación José Manuel Lara acaba de publicar 'Fábula', dentro de su colección 'Vandalia'. Es el sexto poemario del escritor Javier Vela y en él trasluce una idea fuerza: cómo a través de la memoria cada cual reconstruye su propia noción de la verdad. El planteamiento suena profundo y lo es. Y, a la vez, la obra está repleta de imágenes perfectamente reconocibles al lector, con referencias palpables a iconos cinematográficos y televisivos tan populares como la serie 'Juego de Tronos'.
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Madrid |
Seis libros de poesía lleva escritos, con éste, el joven autor Javier Vela (Madrid, 1981). Seis partes conforman este último, en el que funde verso y versículo con prosa lírica, con un estilo sencillo y asequible al lector, al que va dejando pistas para dar con nuevas claves en segunda y tercera lectura. Porque Javier consigue "sin recurrir al artificio, expresar emociones profundas", como ha destacado el editor del poemario, Ignacio Garmendia.
En 'Fábula', Vela va desnudando mitos y creencias, que son los suyos. "A cierta edad, uno deja de creerse sus propias patrañas", confiesa el escritor, quien se declara contrario a los autores panfletarios y que huye de las verdades absolutas. Lejos de ello, Vela sentencia: "tengo la relativa certeza de que, conforme uno avanza en el tiempo, tiene las cosas más confusas y la Literatura, como reflejo de la vida, debe también manifestar esas contradicciones".
Con esta premisa, y sin renunciar a la tradición simbolista que siempre lo ha acompañado, Vela avanza hacia un estilo más figurativo y cierra un ciclo. Hay en este libro "voluntad de bajar al suelo y a través de imágenes reconocibles trasladar al lector", explica. Y, así, entreteje potentes imágenes para la reflexión consciente a través de la observación de lo cotidiano, como puede apreciarse en el poema 'Pequeñas sediciones', en el que cita a toda esa "gente sola":
"gente que se detiene
en los semáforos
y hojea -es un decir-
revistas de países
a los que nunca irá"
Versos que constituyen, a juicio del también escritor Andrés Barba, "una violenta, casi implacable, radiografía espiritual en la que reconocemos a muchas personas y también a nosotros mismos".