Margot Wölk fue la única superviviente de las 15 catadoras que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. El resto fueron fusiladas por el Ejército Rojo.
Esta es la mujer que inspira a la escritora para crear a Rosa Sauer, catadora en la ficción y obligada diariamente a arriesgar su vida para salvar la de Hitler.
Menús vegetarianos, porque Hitler odiaba la carne. Dicen que desde que visitó una matadero y le horrorizó como maltrataban a los animales.
Cada mañana desde la casa en Prusia Oriental (actual Polonia) Rosa se trasladaba en un autobús con sus compañeras al cuartel general de Hitler. Vivía con sus suegros ansiando que volviera un marido desaparecido.
Se aferra a las pruebas de comida, al amor y a superar el miedo. Nunca vió a Hitler. La presencia del dictador alemán aparece en la novela en boca de otros. Los soldados de las SS ordenan a estas mujeres que comiencen a comer, tres veces al dia, en una mesa montada con loza y llena de comida exquisita. Ellas no pasan hambre, no son del régimen, realmente no son de nadie, son esclavas.
La novela “La Catadora” ha ganado el premio Campiello en Italia y se prepara una adaptación al cine.