El Pleno del Congreso de los Diputados rechazó este martes tramitar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) No Es Mi Cultura, avalada con casi 665.000 firmas, que proponía eliminar la consideración de la tauromaquia como patrimonio cultural en España.
La propuesta obtuvo 57 votos a favor, 169 en contra y 118 abstenciones, entre ellas las del PSOE, cuya posición fue determinante para frenar la tramitación. De este modo, la Cámara Baja impide que la iniciativa, nacida del impulso ciudadano, continúe su recorrido parlamentario.
Una ILP con amplio respaldo social
La comisión promotora de la ILP registró en febrero 715.606 firmas ante la Junta Electoral Central, que validó finalmente 664.777, una cifra superior incluso a la que en 2012 permitió aprobar la ley que declaró la tauromaquia como patrimonio cultural en 2013.
El objetivo de la propuesta era derogar la Ley 18/2013, que otorga protección legal a las corridas de toros en todo el territorio nacional y devuelve las competencias a las comunidades autónomas, permitiendo que cada una decida libremente si mantener o prohibir estos espectáculos.
Esa norma estatal de 2013 había anulado, por ejemplo, la prohibición catalana de 2010 o la normativa balear de 2018, que impedía la muerte del toro en la plaza.
“Crueldad institucionalizada” y dinero público
Durante el debate, varios grupos parlamentarios apoyaron la admisión a trámite de la ILP. Nahuel González (Sumar) calificó la tauromaquia como “crueldad institucionalizada” y un “insulto a la inteligencia colectiva”. “La tauromaquia no se mantiene sola, se sostiene con dinero público”, afirmó, pidiendo que esos recursos se destinen “a la creación y no a la crueldad”.
Desde Esquerra Republicana, Etna Estrems recordó que “la cultura evoluciona” y que “no puede ser cultura ver a un ser vivo desangrarse en una plaza”. En la misma línea, EH Bildu, Podemos, Compromís y el BNG defendieron la tramitación de la iniciativa por respeto “a los derechos de los animales y a la sensibilidad de la sociedad actual”.
El PSOE se abstiene: “Ni prohibir ni promover”
La portavoz socialista, Maribel García, defendió la abstención de su grupo bajo el principio de “ni prohibir ni promover”. Subrayó que “España no es homogénea” y que el papel del Estado “no es decidir qué es o no es cultura, sino garantizar la libertad para crear, sentir y expresar”.
García abogó por la “convivencia y el respeto” y añadió que “proteger la dehesa no pasa necesariamente por mantener la tauromaquia”, sino por “inversiones en prevención de incendios, gestión forestal y empleo verde”.
El PP y Vox defienden “la cultura del pueblo”
Desde la bancada conservadora, Sol Cruz-Guzmán (PP) mostró su rechazo a la ILP y defendió la tauromaquia como “una cultura popular que se siente desde hace siglos como cultura del pueblo”. Criticó que la iniciativa fuera “una cortina de humo” sin respaldo real en la sociedad.
Por su parte, Pepa Millán (Vox) recordó que los intentos de prohibir los toros “se remontan a Alfonso X, Felipe V y Carlos III”, y reivindicó que “la tauromaquia ha sido uno de los ejes vertebradores de la sociedad española durante el siglo XX”.
Debate entre tradición, cultura y derechos
La votación de este martes reabre el debate entre tradición y sensibilidad social. Mientras los defensores de la ILP denuncian el sufrimiento animal y reclaman que las comunidades autónomas recuperen la competencia para decidir sobre la tauromaquia, sus partidarios insisten en su valor cultural, histórico y artístico.
Por el momento, la ley de 2013 seguirá en vigor y la tauromaquia continuará gozando de la consideración de patrimonio cultural protegido en toda España.

